Si ya de por sí el waterphone y el theremín nos parecieron raros, agarraros porque vienen curvas. Y es que, después de conocer algunas de las formas más extrañas de emitir sonidos, pocas cosas pueden sorprendernos en este campo.
Sin embargo, hoy venimos a hablaros de uno de los instrumentos más especiales que existen: el octabajo. De hecho, no solo es capaz de emitir las frecuencias más bajas que el oído humano pueda captar (16 Hz), sino que además existen tan pocos ejemplares, que la mayoría se encuentran en los museos.
Conozcamos un poco más de cerca la historia de este curioso instrumento y, sobre todo, escucharemos cómo suena.
Un instrumento de museo
El octabajo de un instrumento de cuerda frotada, muy similar a un contrabajo pero en una versión mucho más grande, de unos 3,75 metros de altura aproximadamente. La versión que conocemos actualmente, fue construida por primera vez en 1850 en París por el luthier Jean-Baptiste Vuillaume. Este construyó tres ejemplares, de los cuales dos se encuentran en los museos de París y Viena, mientras que el otro se perdió durante un incendio en un teatro londinense.
El octabajo es uno de los instrumentos capaces de producir los sonidos musicales más graves de todo el espectro audible por el ser humano. Otro de ellos es el piano de ocho octavas Bösendorfer imperial. Así pues, estos dos instrumentos cuentan con el registro más grave de todos los existentes en el mundo. De hecho, sus tres cuerdas producen sonidos una octava más graves que el contrabajo.

El luthier Jean-Baptiste Vuillaume / wikipedia
Se trata de un instrumento que nunca se ha producido a gran escala, ni muy usado por los compositores. Actualmente, otros luthieres han recibido el encargo de fabricar un octabajo, o versiones similares del mismo, aunque mucho más modernos y con otro sistema de ejecución que los creados por Jean-Baptiste Vuillaume en el siglo XIX.
Muy difícil de tocar
Cuenta con tres cuerdas, pero debido al grosor de las mismas y a la extrema longitud del diapasón, el músico lo toca utilizando un sistema de palancas o lengüetas. Estas sirven para acoplar abrazaderas metálicas, que se colocan sobre el cuello del instrumento en posiciones específicas.
Estas abrazaderas actúan como dispositivos de fricción cuando el músico presiona las palancas.
Por otro lado, su altura hace que no pueda tocarse como un instrumento normal de cuerda. Por ello, la persona debe subirse a una plataforma y usar las palancas mencionadas para apretar las cuerdas.
Para tocar el instrumento también se precisa de un arco como el del violín, aunque algo más corto y pesado.
Así suena el octabajo
En el siguiente vídeo podréis ver la versión de la famosa banda sonora de la película Tiburón, de Steven Spielberg.
El octabajo que utilizan fue fabricado por Mr. Antonio Dattis, alojado en el The World’s Only Global Musical Instrument Museum de Phoenix, Arizona, Estados Unidos.
En este otro vídeo podemos ver al músico Nico Abondolo tocando otras melodías con el octabajo:
¿Y bien, qué os ha parecido este curioso instrumento y su peculiar sonido?




