Juliane Koepcke, la mujer que sobrevivió a una caída de 3000 metros de un avión

Publicado 12 abril, 2022 por redaccion
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Con apenas 17 años de edad y con solo un diploma de secundaria, Juliane tomó un vuelo con destino a Pucallpa, en compañía de su madre y con la intención de reunirse con su padre en la región oriental de Perú, ambas abordaron el vuelo 508 de LANSA sin tener idea de lo que vendría después.

La joven estaba considerando seriamente estudiar zoología o biología, al ser hija de un biólogo y una ornitóloga, Juliene se sentía atraída a la ciencia.

En la víspera de Navidad de 1971, tanto Juliene como su madre Maria, se dirigieron al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima, Perú y junto con 92 personas más abordaron el vuelo 508.

Juliane recibiendo su diploma de secundaria/ YouTube

El asiento 19F sería el lugar que le salvaría la vida; el viaje en su mayoría estuvo tranquilo. Mientras sobrevolaban la selva del Amazonas, una fuerte tormenta comenzó. De la nada, un rayo golpeó el motor y a las 12:36 el avión explotó mientras estaba a 3 mil metros de altura.

Cabe mencionar que antes de la catástrofe, la azafata les dijo a los pasajeros sobre la turbulencia y que se abrocharan los cinturones.

Mientras el caos reinaba en el avión, Juliene salió despedida y cayó sobre las copas de los árboles de la selva con todo y su asiento. Pese al impacto, la joven sobrevivió con solo una clavícula rota, unos cortes en brazos y rodillas.

Lugar donde se estrelló el avión / Youtube

Debido al shock, Juliane perdió el conocimiento pero a la mañana siguiente despertó para ver un panorama desolador.

«Me desperté sentada en el mismo asiento, como iniciando otro viaje pero, esta vez, al infierno. Había tres cuerpos desmembrados a mi alrededor, creía que se trataba de una pesadilla y me volví a dormir por unos instantes. Cuando creí volver en mí me atraganté de realidad. Cuerpos inertes colgaban de los árboles, hierros, asientos, ropas y maletas desparramadas por la selva, humo, mucho humo y crepitar de combustiones desperdigadas hasta donde la espesura de la jungla dejaba distinguir».

Lo primero que hizo fue buscar a su mamá pero no la encontró, ella y el resto de los pasajeros y miembros del vuelo fallecieron el día del accidente. Esa mañana sería la primera de los casi 11 días que estaría vagando sola por la selva.

“Me quedé allí, casi como un embrión durante el resto del día y toda la noche, hasta la mañana siguiente”, escribió en sus memorias, publicadas en Alemania en 2011.

El Comercio

Koepcke encontró una pequeña fuente de agua y no olvidó el valioso consejo que le había dado su padre: «Si ves agua, dirígete río abajo y es posible que encuentres la civilización».

En el camino encontró a varias víctimas todavía atadas a sus asientos pero no había sobrevivientes. Por suerte, un paquete de dulces le sirvió como fuente de alimento.

Mientras ella vagaba, las autoridades y el gobierno peruano realizó una de las búsquedas más grandes de los accidentes aéreos del país. Tuvieron que pasar nueve días para que Juliane encontrara una cabaña para descansar.

«Llevaba puesto un vestido corto sin mangas y sandalias blancas. Había perdido un zapato pero me dejé el otro puesto ya que no tengo buena vista y había perdido mis gafas, así que utilicé ese zapato para tantear el terreno frente a mi mientras andaba». contó la alemana a la BBC.

Primera foto después del rescate, el 4 de enero de 1972, de la revista Life/ ARCHIVO PERSONAL

De repente, escuchó voces pero pensó que no eran reales, sin embargo, lo eran y ellos la ayudaron a llegar a un hospital local al día siguiente.

En el pueblo recibió la ayuda necesaria y finalmente se pudo reunir con su padre. Gracias a su cooperación, las autoridades pertinentes pudieron encontrar e identificar los cuerpos de los pasajeros.

Juliane se trasladó a Alemania, ahí se recuperó de sus heridas y continuó sus estudios, obteniendo su título en zoología y biología en 1987.

Su historia le dio la vuelta al mundo y muchos medios querían que hablara al respecto, pero nadie sabía lo que estaba sufriendo internamente, también desarrolló una fobia a volar.

Regresó al lugar del accidente más tarde/ YouTube

En 1998 regresó al lugar del accidente para hacer el documental Wings of Hope, proyecto que contó su testimonio a detalle; así mismo, escribió un libro de memorias When I feel from the Sky (Cuando me caí del cielo).

La Dra. Juliane Diller, como se la conoce en la actualidad, tiene una especialización en mamalogía, sobre todo en el estudio de murciélagos. Actualmente trabaja como bibliotecaria en la Colección zoológica del Estado de Baviera en Múnich.

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