El proyecto de la planta nuclear de Juraguá era la oportunidad ideal para Cuba a la hora de acabar con su dependencia respecto al petróleo. Comenzó a construirse a comienzos de los años 80, siguiendo el modelo de la malograda central soviética de Chernóbil. En cambio, nunca llegó a entrar en funcionamiento.
Basándose en Chernóbil, donde años más tarde ocurriría el mayor accidente nuclear de la Historia, el plan contemplaba la creación de una planta nuclear y una Ciudad Nuclear. En esa Ciudad se construyeron viviendas y otras infrastructuras en las que llevarían a cabo sus vidas los trabajadores de la central. Muchos de estos trabajadores, curiosamente, llegaron desde la URSS.
Según el periodista británico Darmon Ritcher, tanto Chernóbil como Juraguá fueron ideadas bajo el modelo urbano de la «utopía socialista de Atomgrado». Este modelo estaba lleno de viviendas sociales y fuentes de energía inagotables y no contaminantes. Atomgrado había sido concebido por planificadores soviéticos en los años 70 y se llevó a cabo en Chernóbil, una central edificada en la ciudad de Pripyat y que sí entró en funcionamiento.
Dicho esto, ¿Por qué esto último no ocurrió en Juraguá?
Al frente del proyecto de la central nuclear estaba el hijo de Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, que además era físico nuclear. Fidel Castro Díaz-Balart había estudiado Física en el Instituto de Energía Atómica I. V. Kurchatov de Moscú, y fue designado como secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Atómica de Cuba.
El objetivo esencial al que se quería llegar con este proyecto era abastecer el 15% de las necesidades energéticas de la isla, y dar trabajo a miles de ciudadanos. Además, de esta manera Cuba cambiaría su modelo de producción de energía para orientarlo hacia fuentes alternativas. Algunas de ellas fueron la solar o la producida por el viento.
En 1982, y con apoyo técnico y económico de la URSS, los cubanos comenzaron a construir el primer reactor de los cuatro que contemplaba el proyecto. Cada uno de los reactores contaba con 440 megavatios de potencia previstos. Posteriormente, se construyó la Ciudad Nuclear, con viviendas y otras edificaciones destinadas a acoger a los trabajadores de la central. En cambio, no terminaron de construirse los tres reactores restantes.
A la sombra de Chernóbil
En 1986, el mundo se hizo eco de una gran explosión en la central nuclear de Chernóbil. Este accidente destapó las debilidades del programa nuclear soviético y creó una gran preocupación en el gobierno estadounidense. Los americanos se alarmaron en cuanto se enteraron de que se pretendía construir a menos de cinco mil kilómetros de Washington una planta nuclear soviética sobre la que no podían actuar de ningún modo.
Según declaró para la BBC Jonathan Benjamin Alvarado, autor del libro El poder de la gente. La energía y el programa nuclear cubano, era la primera vez que los soviéticos intentaban construir una central nuclear fuera de la Unión Soviética y no fueron capaces de comprender que las circunstancias de Cuba lo hacían mucho más complicado.
El desmoronamiento de la Unión Soviética
La isla no contaba con la capacidad financiera suficiente como para llevar a cabo un proyecto como el de Juraguá, y esto pudo comprobarse en 1989. En este año, la Unión Soviética se desmoronó y dejó de financiar el proyecto cubano. La isla quedó sumida en una etapa llamada el Periodo Especial, marcada por la escasez.
Diferentes proyectos que iban a realizarse en Cuba gracias a la ayuda soviética quedaron sin terminar, a pesar de que Fidel Castro buscó socios internacionales. En 1992, finalmente, se anunció que la construcción de la central iba a detenerse. El escándalo fue que esto ocurrió después de haber invertido más de mil millones de dólares.
Este fracaso tan estrepitoso de un proyecto emblemático llevó a la destitución del hijo de Fidel Castro. El padre, además, le acusó de incompetente. Afectado por el asunto en mayor o menor medida, el primogénito de Castro se suicidó en 2018. Según declararon las autoridades, había estado sufriendo una profunda depresión durante años.
Ciudad Nuclear: Los restos de Juraguá
Lo único que siguió en pie del proyecto fue la Ciudad Nuclear. Alrededor de cuatro mil personas continuaron viviendo allí después de que la central fuera abandonada. Actualmente, parece una pequeña civilización en medio del cemento. Desde luego, para sus habitantes el fracaso del proyecto acabó siendo una gran oportunidad que se desvaneció ante ellos. Todo lo sucedido les dejó sin puestos de trabajo y sin inversiones de futuro.
Todas las imágenes han sido extraídas del blog de Darmon Richter, The Bohemian Blog. Este es un blog de viajes poco común, con post que narran experiencias en lugares controvertidos, oscuros, misteriosos y bizarros. Richter ha viajado por cuatro continentes y sus historias son apoyadas por diferentes patrocinadores. Las aportaciones hacen posible que obtengamos una información tan valiosa de lugares muy interesantes. Si quieres poner de tu parte, puedes hacerlo convirtiéndote en un patrón de su Patreon.
