La absurda decisión de Mao Tse-Tung que costó la vida a más de 20 millones de chinos

Publicado 23 enero, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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En alguna ocasión, todos hemos tomado decisiones de las que posteriormente nos hemos arrepentido. Sin embargo, cuando un líder político mete la pata, reconocer y enmendar no suelen ser términos habituales en su vocabulario.

Hoy os narraremos un episodio de la historia, muy negro según mi parecer, sobre una de las peores decisiones que haya tomado alguna vez un gobernante, obviando por completo a la ciencia y la opinión de los expertos, y que condujo a la muerte de 20 millones de personas.

El líder político al que me refiero es Mao Tse-Tung, quien se colocó en el poder en 1949 cuando el partido comunista ganó el pulso a las fuerzas nacionalistas. Así, el 1 de octubre de aquel año Mao proclamó en Pekín la República Popular de China.

En 1958, Mao Zedung llevó a cabo una campaña de medidas económicas, sociales y políticas llamada «Gran salto adelante», con la que se pretendía aumentar la productividad del sector primario y secundario empleando el máximo capital humano posible para evitar depender de las importaciones extranjeras

Dentro de aquel proyecto se incluía una campaña en particular, la denominada Campaña de las Cuatro Plagas. Esta clasificó una serie de animales que suponían un «peligro» para la productividad agrícola e industrial de China

De este modo, sin estudios o pruebas previas, el gobierno de la República Popular decretó la eliminación indiscriminada de mosquitos, moscas, gorriones y ratones

Sin embargo, el más perseguido fue el gorrión, pues los agricultores sabían que estos se alimentaban del grano de sus almacenes. Los cálculos comunistas afirmaban que un gorrión consumía 4,5 kg de arroz al año, por lo que cada medio millón de gorriones muertos supondría alimento para más de 10 mil personas

La campaña propagandística tuvo un éxito brutal, y millones de ejemplares de gorriones fueron exterminados de todas las maneras posibles. De hecho, la matanza era vista como una guerra interna que había que terminar lo antes posible. En solo unos meses casi la totalidad de los gorriones fueron exterminados en el territorio chino

Cuando un grupo de científicos estadounidenses de la National Academy of Sciences de Washington se enteró de aquel genocidio ecológico, decidieron publicar un informe que aseguraba que los gorriones se alimentaban de insectos y, en mucha menor cantidad, de grano. Advirtieron que aquello podría traer consecuencias nefastas para el equilibrio de la cadena trófica. Sin embargo, al provenir tal informe de un país ideológicamente enemigo, Mao prosiguió con sus planes de exterminio

Así pues, la matanza indiscriminada de gorriones conllevó a la multiplicación, por millones, de insectos, especialmente de langostas, cuyos enjambres asolaron las cosechas. Fue entonces cuando un equipo de investigadores chinos descubrió que entre el contenido de los estómagos de los gorriones que analizaron, solo una cuarta parte correspondía con granos cultivados por el hombre; el resto eran insectos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho

En lugar de reconocer su error, Mao se limitó a parar la persecución del gorrión con un simple «suàn le» (olvídenlos) y, en extremo secreto, solicitó a Nikita Khrushchev la entrega a China de 200.000 gorriones para solucionar momentáneamente el problema

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No obstante, la irremediable consecuencia de esta postura fue la devastación y arraso masivo de las cosechas, dando lugar a lo que se conoció como “La Gran Hambruna China”, donde entre 20 y 40 millones de personas murieron víctimas de la pobreza absoluta

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