10 maneras de saber si realmente eres inteligente

Publicado 3 diciembre, 2018 por Alberto Díaz - Pinto
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Awdhesh Singh es autor de varios libros de inteligencia espiritual y liderazgo. Cuando un usuario de Quora le preguntó cómo podía saber si era «muy inteligente», Singh esbozó 10 puntos que pueden ayudarnos a responder a esta pregunta.

La mayoría de nosotros pensamos que somos inteligentes. También nos gusta creer que somos más inteligentes que otros, aunque el problema es que probablemente estos últimos razonen de la misma forma y consideren que no somos tan listos como creemos.

Esto conlleva a otras tantas dificultades en la vida diaria, porque cuando pensamos que nuestra inteligencia es más alta que la de otros, no sabemos escuchar los consejos y, por tanto, terminamos sufriendo. Del mismo modo, cuando creemos que otros son menos listos, nos frustramos cuando no nos escuchan.

Lo cierto es que existen varios métodos para medir la inteligencia, como hacer el test IQ, la admisión en instituciones de prestigio como Harvard, o conseguir ganar un gran sueldo en una buena empresa. Si crees que estos métodos son adecuados para medir tu inteligencia, debes saber que a Gandhi se le daba fatal estudiar, que Einstein nunca ganó un gran sueldo o que Bill Gates abandonó los estudios bastante pronto.

Echadle un vistazo a las preguntas de Awdhesh Singh, a fin de que os sirvan para medir vuestra inteligencia:

¿Puedes resolver los problemas de la vida?

La gente que de verdad es inteligente siempre tiene soluciones a los problemas de nuestra cotidianidad. Los embrollos de la vida real son muy diferentes a los de los libros de texto, en los que aparecen problemas con una respuesta conocida y donde cada adversidad se convierte en un problema matemático. En el día a día, se dan situaciones inesperadas constantemente, y rara vez parecidas. Aun cuando el problema es el mismo, las personas y los momentos son distintos. Por ello, hay que ser muy inteligente para encontrar soluciones a los problemas de la vida real, los cuales son siempre únicos y cuya exactitud solo se conoce en el futuro.

¿Eliges a las personas correctas?

Cuando se trata de resolver una adversidad, es imposible que alguien tenga las soluciones a todos. Sin embargo, alguien inteligente sabe muy bien quién es el adecuado para resolver ese problema en concreto. Él elige a la persona indicada para ese trabajo correcto y resolver así el problema con rapidez y eficacia.

¿Sueles tener éxito en la consecución de tus objetivos?

La gente común siempre está impulsada por la motivación de otros, quienes a menudo les engañan diciendo cosas tales como: «nada es imposible«, «puedes hacer todo lo que te propongas» o «sé siempre positivo y optimista«. Las personas verdaderamente inteligentes se conocen con tanta precisión que saben perfectamente quiénes son buenos en algo y quiénes no. Se esfuerzan únicamente en los objetivos que están dentro de su ámbito y sus posibilidades de éxito son razonablemente buenas. De ahí que sus éxitos sean más que sus fracasos. Incluso cuando una persona inteligente falla, aprende de ello y lo convierte en un escalón hacia el éxito.

¿Eres creativo?

La inteligencia es imposible sin la creatividad. Una persona que carece de ella es como una máquina que puede ejecutar eficientemente las funciones para las que fue diseñada o programada, pero no puede hacer nada más. Una persona inteligente es altamente creativa, por lo que rara vez cometerá los mismos errores. En una ocasión Thomas Edison dijo: «no he fracasado. He encontrado 10.000 soluciones que no funcionan«. Él no se refería a la perseverancia, sino a que era capaz de tener 10.000 maneras de hacer una misma cosa. Si cumples este requisito, seguro que siempre descubres otro método para hacer las cosas.

¿Eres feliz?

Si no estás satisfecho con tu vida, es que no eres inteligente. El objetivo principal de una persona inteligente es ser feliz, qué es lo que le provoca felicidad y cómo dársela a los demás. Si te sientes frustrado, puede que no entiendas bien el mundo que te rodea y quizá no puedas ser catalogado como inteligente.

¿Sintetizas tus conocimientos?

Las personas inteligentes no suelen ser grandes eruditos. No pierden el tiempo en aprender algo que nunca llegarán a utilizar, ya que tienen la capacidad de aprender de cualquiera y de todo. No son expertos de una materia, pero lo son en la vida. Ven unidad en la diversidad. Como dijo Einstein: «Todas las religiones, artes y ciencias son ramas del mismo árbol«. Esto quiere decir que si puedes usar tus conocimientos de arte en la ciencia y las teorías de esta en la religión, eres inteligente.

¿Trabajas con gente más inteligente?

La gente inteligente a menudo tienen mala memoria y no son los más brillantes, pero tienen ‘conocimiento del conocimiento’. Poseen una macroimagen del mundo y saben cómo encajar las piezas en el sitio idóneo. Cuando se reúnen con personas que son más listas que ellos, no se sienten inferiores, sino que utilizan sus fortalezas para alcanzar nuevos objetivos.

¿Predices el comportamiento de otros?

Las personas inteligentes son capaces de predecir no solo su propio comportamiento ante una situación, sino también el de otros. Casi no se sorprenden cuando la gente se comporta de una determinada manera porque aprendieron de sus comportamientos pasados. Suelen basarse en una evaluación realista, mientras que la gente común se basa en el idealismo. De ahí que nunca están decepcionados con cómo son las personas ya que las expectativas que tienen son precisas y realistas.

¿Sabes lo que va a pasar?

Mientras que la gente corriente encuentran el futuro bastante impredecible, las inteligentes ya saben cómo será antes de que llegue y están preparados para ello. Debido a su vasto conocimiento de las personas y las leyes que rigen este mundo, no solo son capaces de predecir el futuro, sino de forjar el suyo propio. Está claro que sus predicciones no son siempre precisas, pero sus flechas casi siempre aciertan en la diana.

¿Previenes los problemas?

Mientras que la gente común resuelve sus problemas a medida que surgen, las personas inteligentes son capaces de prevenir el problema en sí, debido a su conocimiento preciso de la causa y el efecto. Ellos no creen en el azar, sino que todo sucede por algo. De ahí que sean capaces de impedir el nacimiento de un problema. «Los intelectuales resuelven los problemas, los genios los evitan«, dijo Einstein en una ocasión.

Así pues, piensa que aunque tengas una titulación académica superior, un cociente intelectual elevado y un buen sueldo, no tiene nada que ver con que realmente seas inteligente. Sin embargo, si posees la mayor parte de las cualidades aquí citadas, eres superior al resto.

¿Sabias qué…?

La ciencia avala que decir groserías no te hace un ignorante, sino más inteligente

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Todos, incluso los más cultos, soltamos alguna que otra grosería de vez en cuando. Ya sea en tono jocoso o irónico, a modo de broma, o para descalificar a alguien en un determinado momento. Esto no nos convierte en personas con un vocabulario más reducido, sino todo lo contrario, ni nos hace más ignorantes como algunos piensan.

Al menos esto es lo que afirma la ciencia en un estudio sobre el lenguaje realizado a finales de 2015, publicado en el diario Language Sciences.

En sus conclusiones, el estudio determina que las personas que utilizan más groserías no son menos inteligentes que aquellas que usan menos. De hecho, estos presentan un mejor manejo del vocabulario y fluidez a la hora de hablar.

La investigación recolectó todos estos datos a través de un experimento en el que participaron jóvenes de edades comprendidas entre 18 y 22 años, en el que estos debían soltar todas y cada una de las groserías que pasaran por su cabeza, sin importar el grado de las mismas, durante un minuto. Después, debían hacer lo mismo, pero esta vez con nombres de animales.

Para asombro de los investigadores, y seguramente para la gran mayoría de todos nosotros, las personas que más palabras malsonantes pronunciaron en un minuto, fueron también quienes más animales lograron nombrar, independientemente del género. Esto llevó a concluir que: la cantidad de groserías que manejamos está estrechamente relacionada con la riqueza de nuestro vocabulario.

Pero ahí no queda la cosa. Aquellos que suelen decir más tosquedades, también saben identificar mucho mejor las diferencias entre cada una de ellas, es decir, que saben perfectamente cuáles pueden utilizarse en un ámbito amistoso, de las que se utilizan para insultar a alguien, o de las que usamos como expresiones inofensivas en un determinado puntual, como cuando alguien nos pega un pisotón, o cuando recordamos que nos hemos dejado el horno encendido.

Así que ya sabéis, cuando alguien se atreva a criticaros por vuestro vocabulario, ya tenéis un estudio científico que avala que vuestra riqueza léxica es mayor que la suya :P.

Fuente: sciencedirect

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