Curiosa, valiente y adelantada su tiempo. Así era Violette Morris, una heroína del mundo del deporte francés que, sin embargo, murió condenada por traicionar a la patria.
Violette Morris
Nació el 18 de abril de 1893 en París, como única hija menor de seis hermanos. Violette había sido una hija muy deseada pero pronto quedó patente que su cuerpo y su mente no comulgaban, y por ello fue enviada a un convento en cuanto llegó la adolescencia.
Reprimida, aceptó casarse con Joseph Gouraud en 1914
Tras unos meses de terrible convivencia, decidió alistarse como enfermera en el ejército francés. Acababa de estallar la Primera Guerra Mundial y ella prefería ir a batalla que vivir prisionera
Comenzó conduciendo la ambulancia y atendiendo a los heridos en la Batalla de Somme y en Verdún. Era una mujer fuerte y en el ejercitó aprovechó para entrenarse, convirtiéndose en la primera mujer francesa en competir en lanzamiento de disco.
El deporte le hizo más libre y decidió iniciar carrera como futbolista, jugando en el equipos de primera como el Femina Deporté (1917-1919) y el Olympique de París (1920-1926)
Después, fue seleccionada para el equipo nacional de waterpolo pero no quiso encasillarse y probó suerte en una amplia gama de deportes y competiciones. Siempre con notable éxito
Destacó en ciclismo de carretera, motociclismo (primera mujer), automovilismo, hípica, tenis, tiro con arco, buceo, levantamiento de pesas, boxeo y lucha libre greco-romana.
Su lema era: Ce qu’un homme fait, Violette peut le faire! – ¡Cualquier cosa que un hombre pueda hacer, Violette puede hacerlo!
Entre 1921 y 1924, Violette tuvo su mejor momento deportivo, pero pronto fue devorada por su propio éxito
Violette llevaba una doble vida. Era una excelente deportista femenina pero habituaba a salir de juerga casi todos los días, bebía y fumaba hasta 3 paquetes de tabaco al día.
Entre rumores de una vida disoluta y amoral, la Federación Femenina Francesa de Atletismo decidió denegarle la renovación de su licencia deportiva en 1928, algo que la excluyó de facto de los Juegos Olímpicos de Verano.
Alejada de las pistas, Violette decidió probar suerte en el floreciente mundo del automovilismo y las carreras de coches
En 1922, ganó la carrera París-Pirineos París en la categoría 750 cc. Un año más tarde volvió a triunfar en este evento y también subió al podio en la carrera París-Niza. Ganó el Gran Prix de San Sebastián en 1926 y un año más tarde ganó el Bol d’Or en las 24 horas de París al volante de un BNC. En 1934 ganó el Rally de los Dolomitas.
Había ganado carreras anteriormente, pero esta vez se entregaría profesionalmente a la disciplina. Es por eso que decidió realizarse una doble mastectomía
En aquella época, el vehículo no debía exceder los 400 kg de peso y toda la maquinaría estaba muy comprimida.
La cabina resultaba muy estrecha y al ser Violette una mujer, el volante le oprimía el pecho. Por todo ello, decidió impulsar su carrera y extirpárselo
El también deportista y amante de Violette, Raoul Paoli, decidió abandonarla al eliminar sus atributos, haciendo pública su bisexualidad
La sociedad francesa siempre se había opuesto a su estilo de vida, pero al confirmarse su bisexualidad u homosexualidad, el torrente de críticas contra Violette fue demoledor
Quizás por ello se dejó seducir en 1935 por las promesas del Sicherheitsdienst, el ala de inteligencia de SS Nazi. Invitada por el propio Hitler a los Juegos Olímpicos de Berlín, honor que Francia le había negado, Violtette entregó a Alemania planos del tanque francés -Somua S35-, e informó de los lugares estratégicos para la toma de París. Por ello, fue juzgada y condenada a muerte como traidora a la patria, siendo asesinada durante una emboscada en una camino rural a la edad de 51 años. Su cuerpo, nunca fue reclamado.