Sabéis que en La voz del muro nos encanta mostraros lugares insólitos, envueltos en el misterio y a veces inaccesibles para la gran mayoría de nosotros. Muchos de estos emplazamientos únicos son islas, como ya vimos con Li Galli, un hermoso delfín de roca en mitad del Mediterráneo, y la playa escondida en el archipiélago de las Marietas, en Méjico. Y es que con la cantidad de islas repartidas en nuestros océanos, no es de extrañar que muchas ofrezcan tales maravillas naturales.
Sin embargo, existe una isla a la que, por mucho que quisiéramos, jamás podríamos ir de vacaciones. O bueno, como poder se puede, pero si no quieres morir en el intento te aconsejamos que no lo hagas. Me refiero a la Isla Sentinel del Norte:
Se encuentra en la India, entre el Mar de Andamán y la Bahía de Bengala. Su extensión se vio afectada por el terremoto que asoló el Océano Índico en el año 2004, aunque podríamos decir que aproximadamente tiene 70km², de los que la inmensa mayoría son jungla.
La isla carece de lugares de atraque, ya que está rodeada por una barrera natural de arrecifes, lo que también dificulta considerablemente la navegación cerca de ella.
Como es lógico, a lo largo de la historia ha habido varios intentos de contacto con la isla y su población, pero todos han terminado fracasando. En el siglo XIII, el famoso explorador Marco Polo ya mencionaba en sus escritos la isla, afirmando que cualquiera que se acercase a ella acabaría asesinado y como comida para un grupo de caníbales.
Las playas y la selva de este hermoso paraíso están habitadas por los sentineleses, una tribu nativa indígena que lleva viviendo en ella unos 60.000 años, desde que un conjunto de pueblos africanos viajasen hasta Asia. Desde entonces, esta tribu ha permanecido prácticamente aislada.
En esta imagen podemos ver a un nativo lanzando flechas a un helicóptero de la guardia costera de la India, tras ser enviado de forma solidaria tras el tsunami de 2004.
Otro de los altercados ocurrió en 1981, cuando el Primrose, un carguero de Hong Kong, quedó atrapado en uno de los atolones de la isla. Los tripulantes bajaron a la isla, ya que estarían más seguros allí en caso de tormenta.
Después de varios días de tranquilidad, un grupo de sentineleses se presentó en la playa, armados hasta los dientes con lanzas y flechas, aunque a una distancia prudente. El capitán del barco rápidamente pidió ayuda por radio y un helicóptero consiguió rescatarles. El Primrose todavía permanece allí, tal y como muestra la imagen de Google Earth.
Fuente: imgur
Este artículo fue modificado el 28 julio, 2018 8:59 am