Las estatuas parlantes de Roma: o cómo de desahogaba el pueblo cuando no había internet

Publicado 21 junio, 2019 por Elena
Estatuas parlantes
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¿Qué son las estatuas parlantes de Roma?

Las estatuas parlantes de Roma, o statue parlanti di Roma, son un símbolo de protesta popular que se remonta varios siglos atrás (1501). Estas estatuas permitieron a los ciudadanos expresar sus opiniones y críticas hacia la situación social y las autoridades en forma de poemas o epigramas que colgaban o pegaban de las mismas aprovechando el anonimato de la noche.

Emma Sanguinetti cuenta en una entrada de su blog dedicada a estas estatuas que, al igual que durante la Edad Media y el Renacimiento las críticas fueron dirigidas especialmente contra los papas y las familias nobles más poderosas, como los Borgia, los Orsini y los Medici, a lo largo de la historia han servido para que el pueblo se expresara en contra de Napoleón, Mussolini y Hitler.

Il Pasquino

Il Pasquino, una de las estatuas parlantes más famosas, debe su nombre a un sastre (o barbero o zapatero, no está claro, pero tampoco es lo más relevante) que era muy chismoso y siempre tenía algún rumor jugoso que compartir con sus vecinos. Con su muerte, éstos perdieron, además, muchos chismes y decidieron nombrar a una estatua frente al negocio de Pasquino con el mismo nombre. Así nació la primera estatua parlante, cuya superficie aparecía cada mañana cubierta de poemas, versos y carteles contra los más poderosos del momento.

Aquellos mensajes provocaron que el Papa Adriano VI se enojara tanto que quisiera arrojar la estatua al río Tíber. Por suerte no pudo llevarlo a cabo, pues no estaban seguros de si se trataba de la imagen de un santo. Aun así, se aseguró de colocar una guardia militar que vigilase la estatua para evitar que los ciudadanos continuaran dejando mensajes en su contra.

Las seis estatuas parlantes de Roma

El hecho de intentar acabar con Il Pasquino hizo que su fama aumentara y que surgieran otras estatuas parlantes en distintas zonas. Por ejemplo, la estatua de Madama Lucrezia, en la Plaza San Marco, fue utilizada para contar las infidelidades de los políticos italianos, ya que representaba a la amante del rey de Nápoles.

Otra estatua con un significado interesante es la del Abate Luigi, conocida por sus constantes cambios de localización. En una de sus mudanzas, cayó al suelo y perdió la cabeza. Aunque las autoridades mandaron colocarle la cabeza de alguna otra estatua que no tuviera cuerpo, los mensajes colgados en el Abate Luigi hicieron referencia a la locura.

Las demás estatuas son: Il Marforio, Il Facchino y, por útimo, Il Babuino.

Las «estatuas parlantes» de la actualidad

Que el arte ha sido un medio de expresión e información que intenta huir de la represión y la censura política no es algo nuevo. Desde las tiras cómicas en periódicos hasta los graffitis, el pueblo siempre ha encontrado una manera de expresarse en contra del poder de forma más o menos anónima y segura. El muro de Facebook y el timeline de Twitter son ejemplos de análogos digitales de las paredes y calles donde los ciudadanos han dejado sus mensajes reivindicativos a lo largo de los siglos.

Hoy en día no necesitamos ocultarnos en la noche para hacer pública y visible una opinión polémica o que se exprese en contra de las autoridades. Ahora podemos decir prácticamente lo que queramos cuando queramos desde el anonimato de un perfil en internet, donde nadie tiene que saber quiénes somos ni dónde estamos. Además, la difusión es mucho mayor y más rápida.

Igual que los papas ordenaban limpiar cada mañana las estatuas parlantes y colocaban vigilantes frente a las mismas para impedir la difusión de aquellos ácidos mensajes, actualmente las redes sociales cuentan con filtros y normas que censuran lo que no se considera apropiado. ¿Apropiado para quién?

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