Bajo el suelo de Polonia existe un lugar mágico de extraordinaria belleza, las increíbles Minas de Sal de Wieliczka. Cientos de metros de sinuosas galerías, donde las obras de arte y la religión se tropiezan con los aparejos de una de antigua profesión.
Por fuera, las minas de sal de Wieliczka no parecen gran cosa
Pero en cuanto te adentras en su interior, comienzas a percibir que este lugar es distinto a cualquier otro
Y es que no es una simple mina de sal bien conservada…
Es una galería impregnada de arte rural, iconografía religiosa y superstición
Donde encontrarás decenas de esculturas, bajo relieves, capillas, salones y mucho más
Las minas están situadas en Wieliczka, Cracovia, un pequeño pueblo de menos de 20.oo0 habitantes
Fueron fundadas en el siglo XII por el Duque de Wieliczka, con intención de extraer de las entrañas de la tierra lo que él llamaba «oro blanco»: la sal.
La sal tuvo un grandísimo valor hace tiempo, pues gracias a ella se lograba conservar muchos alimentos. Es por eso que las minas de Wieliczka fueron un negocio importante durante siglos, que contrató a miles de mineros en la zona.
Sin embargo, los mineros no se limitaron a extraer solo la sal,
sino que, como gente especialmente religiosa y supersticiosa, también construyeron capillas en su interior
Allí tallaron todo tipo de escenas religiosas, imágenes de Santos, así como Cristos y Vírgenes a los que encomendarse durante el trabajo
De esta forma, los trabajadores se sentían más seguros y protegidos de todo tipo de accidentes
El lugar más sorprendente de todos es la gigantesca capilla de Santa Kinga, realizada a unos 200 metros de profundidad
Paredes, suelos, barandillas, bancos y hasta los candelabros están construidos en sal. Algunos de ellos directamente cincelados y pulidos en la roca, mientras que otros, como las lámparas, eran creados tras disolver la sal para retirar las impurezas y volver a solidificarla creando pequeños cristales
Durante el recorrido podremos encontrar galerías de hasta 3 kilómetros de longitud
En las que continuaremos descendiendo hasta las entrañas de la Tierra
para descubrir los lagos de sal…
… y otras zonas museo
Allí aprenderemos cómo trabajaban los mineros de aquella época,
qué instrumentos usaban para extraer la sal
y cómo la transportaban hasta el exterior
Sin embargo, nuestro recorrido continuará plagado de momentos especiales
En los que podremos contemplar otras estatuas de índole religiosa e histórica
Todas ellas esculpidas por los propios mineros, como resultado de su intenso fervor religioso
Aunque en estas galerías también hubo sitio para el humor, como esta curiosa interpretación del cuento de Blancanieves y los siete enanitos, suponemos que por la vinculación de estos con con el oficio de la minería
La mayoría de estatuas están esculpidas a tamaño natural y se cree que son fruto del trabajo de varios meses e incluso años
Las minas de sal fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, aunque hasta 1992 no cesaron su actividad minera
Aun así, aún hoy se extrae la salmuera del agua para impedir que las galerías se inunden
Actualmente son una de las mayores atracciones turísticas de Polonia, atrayendo más de un millón de visitantes cada año
Quienes también pueden asistir a conciertos de música en su interior
El recorrido dura unas 2 horas y recorre un total de 3 kilómetros y medio. Una cantidad nada despreciable y capaz de cansar a cualquier turista. Sin embargo, eso solo representa un 1% de la longitud total de estos sistemas de túneles, muchos de ellos hoy cerrados al público por razones de seguridad y cese de actividad de la mina
Fuentes: cracovia.net , wikipedia.com