Todos sabemos que los refrescos con gas no son, precisamente, la bebida más sana que podemos tomar. Muchos azúcares, las burbujas y algún que otro ingrediente más por ahí, que si consumimos habitualmente en nuestra dieta, puede hacernos más mal que bien.
Pero claro, si muy de vez en cuando nos tomamos algún refresco, tampoco pasa nada. El truco está en la moderación. El abuso de cualquier alimento suele traer malas consecuencias, aunque algunos de estos las traigan antes.
Hasta aquí estamos todos de acuerdo, pero que no sea bueno, no quiere decir que no nos apetezca una bebida carbonatada en algún momento puntual. Cuando estos sucede, puede ser que a la mayoría de nosotros se nos haya caído, en alguna ocasión, la lata al suelo, justo al sacarla del frigorífico. Todos sabemos que una vez sucedido esto, abrir la lata era provocar poco menos que un tsunami de refresco.
Hasta hoy eran 2 las posibles soluciones al problema. La 1º pasaba por dejar la lata golpeada en su sitio y coger otra. La 2ª, y probablemente más divertida, era entregarle esa lata a uno de nuestros amigos y esperar a que la abriese. Hoy os traemos un truco que va a dar al traste con estas situaciones cómicas para siempre, pudiendo abrir nuestro refresco sin temor a que salte por los aires.
Un consejo bastante útil y con el que podrás evitar estos desagradables incidentes y dar al traste con las bromas de algún amigo demasiado graciosete.
Fuente: Taringa
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:26 pm