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Los arqueólogos han hecho un hallazgo sorprendente sobre las cabezas de la Isla de Pascua

Seguramente todos hayáis oído hablar de las famosas cabezas de piedra que pueblan la Isla de Pascua o Rapa Nui, conocidas como moáis. En su mayoría, las 887 figuras de piedra monolítica fueron labradas en toba del cono volcánico Rano Raraku por los nativos isleños. Con un tamaño promedio de casi 4 metros de altura y 14 toneladas de peso, las estatuas son el principal motivo turístico de la isla.

Recientemente, un grupo de arqueólogos del Easter Island Statue Project, dirigidos por Jo Anne van Tilburg, de la Universidad de California, han desenterrado los cuerpos de algunos moáis que solo mostraban la cabeza en la cantera del volcán Rano Raraku. Aquí quedan aún cerca de 150 estatuas, enterradas a varios metros de profundidad, de las que únicamente son visibles la cabeza y parte del torso.

Uno de los factores de su perdurabilidad e impacto histórico es que, por su peso y tamaño, no han sido objeto de robo. Sin embargo, recientemente hemos podido ser testigos del alcance de su enormidad

Desde 1914, muchos arqueólogos sabían que algunos moáis tenían un cuerpo enterrado bajo tierra, ya que algunas asomaban los hombros

Según Jo Anne Van Tilburg, «existen cerca de 150 estatuas enterradas hasta los hombros en la ladera de un volcán, que corresponden con las figuras más famosas, bellas y más fotografiadas de la Isla de Pascua. Todo el mundo pensaba que el resto de estatuas solo eran cabezas»

Con el comienzo de las excavaciones arqueológicas, el interés público hacia el cuerpo de los moáis se extendió considerablemente. Sucedió tan rápido que, en 2012, la web del proyecto, de poco tránsito hasta entonces, empezó a recibir la visita inesperada de 3 millones de internautas diarias»

A pesar de que llevan estudiándose desde hace más de una década, estas excavación es la primera que cuenta con un fácil acceso para el público

Con el descubrimiento de los cuerpos de las cabezas de moái, han salido a la luz más petroglifos, que aportan un mayor trasfondo histórico a las estatuas

Las investigaciones han concluido que los moáis se erigieron en el mismo lugar en el que se encuentran enterrados y que fueron colocados sobre pedestales de piedra, aunque poco se sabe de su enigmática escritura. Además, no fue el hombre quien las cubrió de tierra, sino la acción del tiempo y de los elementos

Fuente: wimp, artnet

Este artículo fue modificado el 28 julio, 2018 8:41 am

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