En 2016, la imagen del ladrón queda muy alejada del estereotipo con camisa de rallas y antifaz que nos dejaron los dibujos animados. En la realidad, los ladrones pasan totalmente desapercibidos para sus víctimas, pudiendo ser quienes menos esperamos.
La principal razón es que han evolucionado sus técnicas aprovechándose de los avances tecnológicos. De esta forma, además, consiguen hurtar grandes cantidades de dinero sin apenas levantar sospechas.
Una de las formas más efectivas y peligrosas que han desarrollado son los llamados skimmers. Estos aparatos se suelen colocar encima de las ranuras de los cajeros automáticos para copiar los datos de nuestra tarjetas sin que nos demos cuenta y poder así acceder a nuestro dinero.
Se empezó a oír hablar de ellos a comienzos del año 2000. Aunque al principio era considerado más un rumor que otra cosa, las denuncias acumuladas hicieron que la policía se tomase en serio este asunto.
Actualmente, estos dispositivos son muy difíciles de detectar si no estamos atentos. Por eso hoy os vamos a mostrar cómo funcionan y cómo evitar caer en su trampa.
Cómo detectar un skimmer y evitar caer en ellos
Los skimmers son fabricados en todo tipo de formas, tamaños y colores. Esto es para que se adapten a la forma de los diferentes lectores de tarjetas que existen en nuestras calles. En la imagen de abajo tenemos una muestra de un skimmer y, si no estuviéramos advertidos, probablemente no nos daríamos cuenta de que está ahí.
Dentro de cada skimmer hay un segundo lector magnético que registra la información de nuestra tarjeta. Como veis, se adaptan a cualquier forma y color.
Normalmente son aparatos pequeños, pero puede haberlos de gran tamaño para ocultar piezas más grandes. Los hay que incluso tapan el panel entero del cajero automático.
Podríamos pensar «bueno, vale, han conseguido la información de la banda magnética de mi tarjeta ¿Y qué? Sin el nº PIN no pueden hacer nada». Este pensamiento puede ser correcto en principio, pero los cacos no dejan el trabajo a medio hacer…
Los skimmers más grandes pueden incluso llegar a guardar cámaras en su interior. La miniaturización de estos aparatos ha propiciado que existan cámaras del tamaño de una moneda. Con la ayuda de estas grabaciones, pueden descubrir fácilmente que número marcaste al introducir tu tarjeta en el cajero.
Una lente minúscula, pero suficiente para captar lo números que tecleas
Pueden estar escondidas en cualquier parte, incluso en inocentes portafolletos adheridos en un lateral del cajero.
Pero las cámaras no son el único método. Algunos timadores colocan un panel numérico directamente encima del original. El aspecto suele ser prácticamente igual que uno verdadero, solo que este se encargará de registrar todas las pulsaciones que efectuemos sobre él. Este método es menos frecuente por su aparatosidad, pero no está de más comentarlo.
Muchas tarjetas actuales tienen un chip que dificulta aún más su duplicado ilegal. Esto puede proteger en algunos casos, pero aún existen bastantes cajeros o lugares en los que vayamos a pagar que no están adaptados a este sistema. En estos casos, la banda magnética de nuestra tarjeta sigue siendo la única opción.
Pero los cajeros automáticos no son el único lugar en el que debemos estar atentos. En las gasolineras que permiten el pago con tarjeta, también se han llegado a ver skimmers instalados.
¿Qué podemos hacer para protegernos de estos aparatos?
En primer lugar, deberemos mantener los ojos bien abiertos. Si vemos algo sospechoso alrededor del lector de tarjetas, lo mejor es avisar a la policía. En la imagen de abajo tenemos un ejemplo: las flechas debajo del lector amarillo se encuentran muy pegadas a él. Esto puede hacernos pensar que tal vez sea un skimmer.
En segundo lugar, siempre deberemos proteger nuestro nº PIN. A la hora de teclearlo, no está de más colocar la otra mano encima para dificultar la visión. Si una cámara intenta grabarnos, tan solo obtendrá imágenes de nuestra mano ocultando el teclado.
Otra buena idea es la evitar utilizar los cajeros automáticos con aspecto sospechoso. A no ser que sea una emergencia y no tengamos más remedio, deberemos esperara a encontrar un cajero con aspecto que nos resulte más familiar.
Mientras tanto, los bancos y la policía siguen investigando nuevos modos para inutilizar estos aparatos. En Japón ya han inventado unos cajeros que escanean la palma de la mano, lo cual dificulta aún más el robo de nuestros datos. Esperemos que los timadores no consigan duplicar nuestras manos también.
Comparte toda esta información con todos tus conocidos. De este modo podremos evitar que los amigos de lo ajeno se hagan con nuestro dinero que tan duro trabajo nos cuesta conseguir.
Fuente: Wimp, artículo por La Voz del Muro
