Casarse y tener hijos no son decisiones que se toman a la ligera; hay que tener en cuenta muchos aspectos, sobre todo cuando se trata del cuidado de otro ser humano pequeño e indefenso.
Sin embargo, cuando una persona verdaderamente tiene el deseo de formar una familia, no hay nada ni nadie que se lo impida. Para aquellas personas que no pueden tener hijos propios por condiciones médicas, se les presenta la posibilidad de adopción. En realidad, esta es una increíble oportunidad para quienes desean ser padres, y para los bebés, pues crecerán en un hogar rodeados de amor.
Esta es la historia de Katie Page, una mujer que anhelaba ser madre y el destino le otorgó a dos hermanos biológicos para su cuidado.
Luego de su divorcio, Katie se enteró que tenía problemas de fertilidad, lo que representaba un obstáculo enorme en su camino para convertirse en madre. Sin embargo, no se dio por vencida y consideró que el método de adopción era lo mejor para ella.
Se mudó a Colorado, Estados Unidos y comenzó una nueva vida.
En 2016, Katie recibió una llamada de un hospital cercano en la que le informaban que un pequeño con cuatro días de nacido había sido abandonado.
Ella no dudó en hacerse cargo temporalmente del bebé, a quien llamó Grayson; pero cuando lo tuvo entre sus brazos supo que debía adoptarlo legalmente. Luego de casi un año, en 2017, la corte falló en su favor dándole así la custodia completa del niño.
Todo marchaba bien y Katie estaba muy contenta con su hijo, dándole todo el amor y cuidados que podía, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar nuevamente.
Tan solo un mes después, Katie recibió otra llamada del mismo hospital, diciéndole que habían recibido a otra bebé en condiciones similares a las de su ahora hijo y creían que ella era la más indicada para cuidar de esa niña.
Aunque Katie acababa de salir de un largo proceso de adopción, la idea de adoptar otro bebé ya había cruzado por su mente y esta era otra oportunidad que le daba la vida; sin embargo, se sentía algo indecisa y decidió consultar a todos sus familiares y amigos.
Finalmente la respuesta ganadora fue «sí». Katie sabía que adoptaría también a esa bebé pero no esperaba la increíble sorpresa que le daría.
Hannah llegó a su casa un par de horas después de la llamada y al sostenerla por fin, notó que el nombre de la madre biológica en el brazalete de la bebé, le parecía muy conocido.
¡Era el mismo nombre que el de la madre biológica de Grayson!
Katie se llevó una gran sorpresa pues el nombre de aquella mujer no era uno muy común ni fácil de olvidar; sin embargo, el apellido y la fecha de nacimiento no coincidían. Aún así, existía la posibilidad de que ambos niños fueran hermanos biológicos.
Katie no quería quedarse con la duda y les realizó una prueba de ADN que confirmó lo que sospechaba: son hermanos. Tienen la misma madre pero el padre es diferente.
Así es como se convirtieron en una familia feliz, y Katie estaba más que contenta de mantener a estos hermanos creciendo juntos.
Su vida siguió tranquila hasta que en 2020 adoptó al tercer hermano de sus hijos: Jackson. La madre biológica de nuevo abandonó al bebé en un hospital y dio información falsa.
Una trabajadora social tuvo que intervenir para que este bebé fuera a las manos de Katie, con sus dos hermanos mayores; de otra manera, iría a una casa diferente.
Esta curiosa coincidencia tuvo un final de los más felices, pues Katie cumplió su sueño de ser madre y tres hermosos niños crecerán en una familia amorosa.
