Seguramente más de uno y de una tiene problemas para dormir, ya sea para conciliar el sueño, mantenerlo a lo largo de la noche o sentir por la mañana que el sueño ha sido reparador y de calidad. Dormir bien es muy importante para nuestro bienestar y nuestra salud tanto física como mental.
Por eso, si sufres insomnio o quieres mejorar la calidad de tu sueño, te recomendamos quedarte a leer lo que un estudio publicado hace poco más de una semana ha descubierto.
Una manta pesada: la solución a tus problemas de insomnio
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El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine este mes y en él han participado 120 adultos de unos 40 años. El objetivo del estudio era evaluar el efecto que una manta pesada tiene sobre el insomnio o los síntomas de cansancio diurno en pacientes con trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ya que los problemas de sueño son especialmente prevalentes entre la población con alguna patología psiquiátrica.
Tras cuatro semanas durmiendo con una manta pesada, los pacientes vieron su insomnio y sus niveles de fatiga, ansiedad y depresión reducidos. También mejoraron sus niveles de actividad durante el día y el sueño no se veía interrumpido durante la noche.
Lo mejor es que estos resultados tan positivos se mantuvieron durante 12 meses, en los que se les dio a elegir dormir con la manta que más les gustara. El 92% de pacientes que usaron una manta de entre 6 y 8 kg empezaron a notar mejoras y en el 78% de ellos los síntomas remitieron.
¿Por qué una manta pesada y no dormir simplemente arropado?
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La explicación científica detrás de que una manta pesada nos ayude a relajarnos y dormir mejor es que ofrece una presión profunda y constante por todo el cuerpo, lo que se siente como un abrazo o un masaje. Esta presión activa al sistema nervioso parasimpático al mismo tiempo que reduce la activación del sistema nervioso simpático, responsable de los altos niveles de ansiedad.
El tipo de presión que ofrece el peso de una manta ayuda a liberar más serotonina, un neurotransmisor esencial para la regulación del estado de ánimo entre otras muchas cosas. También mejora la liberación de melatonina, una hormona esencial en el ciclo del sueño, que puede verse alterada por la exposición a luces artificiales u horarios irregulares. Esto sumado a la sensación de confort y la menor activación del sistema nervioso simpático ayudan a conciliar y mantener el sueño.
¡Necesito una de esas mantas!
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A la hora de dormir, elegir pijama, ropa de cama y almohada cada uno tiene sus preferencias y gustos. Pero para quienes estéis interesados en probar una manta pesada, os dejamos una relación entre el peso corporal y el peso aproximado que tendría que tener la manta. Luego dependerá de la comodidad de cada uno, hay quienes prefieren mayor presión y quienes pueden agobiarse un poco bajo mucho peso.
- niños de entre 13 y 32 kg: manta de 2-3 kg
- niños o adolescentes de entre 32 y 40 kg: manta de 4’5 kg
- adolescentes y adultos de entre 40 y 70 kg: manta de 7 kg
- personas entre los 70 y 90 kg: manta de 10 kg
- personas que superan los 90 kg: manta de 12 kg
Aunque el uso de mantas pesadas necesita aún más estudios y revisiones, podría tratarse de una herramienta útil y sencilla para mejorar los problemas de insomnio y otros síntomas. Hasta entonces lo mejor es procurar mantener unos horarios de comida y sueño regulares, controlando el uso de dispositivos electrónicos cuando se acerca la hora de ir a la cama y, por supuesto, consultar con un profesional si los problemas persisten o interfieren en el día a día.
