En verano yo también las guardaba en el frigorífico
Las ceras de colores son un sinónimo de creatividad que nos transporta a nuestra más tierna infancia. Todos hemos usado en el colegio este tipo de lapiceros para dar rienda suelta a nuestra imaginación.
En cada parte del mundo se les conoce con un nombre ligeramente distinto: ceras de colores, lápices, crayones… En mi colegio eran llamados colorines y, el que aún tenía el de color carne, considerado el más afortunado de la clase.
Desde cajas de 10 colores hasta los enormes estuches con más de 70 tonalidades distintas, cualquier cosa se nos hacía insuficiente a la hora de crear nuestros dibujos de fantasía.
La mayoría de nosotros hemos dejado de usar estos divertidos lapiceros hoy en día. Ya sea por que nuestra ajetreada vida no nos deja ni un minuto de respiro, o porque pensamos que «estas cosas son para niños».
Ojalá y con 8 años hubiese tenido todas estas cajas de colores
Bien, hoy os traemos una manualidad hecha con crayones de colores y que no es, ni mucho menos, para los más peques de la casa. He de reconocer que no todos podemos llevarla a acabo en nuestros hogares. No porque entrañe mucha dificultad al hacerla, sino porque las herramientas que se necesitan solo las tendrán los más aficionados a la carpintería y al bricolaje.
De todas formas, ver como el protagonista del vídeo convierte los lapiceros de colores en algo que nada tiene que ver con su forma original, es bastante entretenido.
Peter Brown es un adulto que se dedica a subir vídeos a youtube con sus manualidades, experimentos y otras muchas ideas que se le ocurren. Desde luego es un tipo al que la creatividad no le escasea en absoluto. Con tan solo echar un vistazo a su canal entenderéis de lo que hablo.
Al final del artículo os dejamos el vídeo donde Peter hace de las suyas con las ceras de colores. Un poco de horno, un poco de frigorífico, unos cortes por aquí y por allá… Mejor dadle al play, no quiero estropearos las sorpresa.
Fuente: Youtube, Artículo por La Voz del Muro
