Giselle Mendoza es una estudiante mexicana de economía que logró crear bioplástico a partir de cáscaras de naranja.
Desde muy pequeña, Giselle tuvo el deseo de fundar su propia empresa ecológica y generar un impacto social y ambiental. Hoy lo está logrando pues encontró una manera de revolucionar la producción de los plásticos de un sólo uso usando nada menos que desechos biológicos.
Las cáscaras de naranja son un material biodegradable que puede reintegrarse completamente a la tierra en unos 90 días. Según la joven, las empresas productoras de jugo pueden registrar hasta 500 toneladas de desechos al día, de las cuales entre el 40 y 65% termina en vertederos. El resto puede ser utilizado para alimentar ganado. Incluso hay ocasiones en que las empresas deben pagar para que se lleven los desechos.
Giselle vio esta situación y supo que podría rescatar gran parte de estos desechos y usarlos como materia prima en la producción de bioplásticos.
“Estamos trabajando en el desarrollo de un bioplástico elaborado a partir del residuo de la naranja, de la cáscara y el bagazo, el cual es 100% biodegradable en aproximadamente 90 días y con potencial de aplicaciones en la industria biomédica, envasado y embalaje, alimentos y agricultura” comentó en una entrevista con la revista Forbes.
Explica que se decidió por la naranja debido a la gran cantidad de celulosa que posee y por su abundancia en el país, ya que México es el quinto productor de naranjas a nivel mundial.
La idea surgió desde 2015 pero es hasta el 2018 que obtuvo el impulso que necesitaba. Giselle participó en el Global Student Enterpreneur Awards donde ganó el primer lugar y recibió un apoyo económico que le permitió fundar su propia empresa: GECO Technologies.
Esta joven tiene el objetivo de sustituir los plásticos de un sólo uso elaborados con derivados el petróleo por bioplásticos. Actualmente el proyecto está concluyendo su investigación y desarrollo; luego se hará una prueba industrial de producción. La meta a mediano plazo es construir una fábrica que logre satisfacer la demanda de este material.
México ocupa el segundo puesto como consumidor de botellas de plástico en el mundo; se calcula que 90 millones de estos envases terminan en ríos, mares y bosques. La Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó que la cantidad de PET requerida por el mercado mexicano asciende a 722 mil toneladas al año.
“Ya hay varias empresas grandes interesadas en el material, una de ellas es la empresa más grande de productos desechables, otra es generadora de botellas y existen varias empresas internacionales interesadas en la tecnología” explicó Giselle Mendoza.
De acuerdo a la economista, la industria de los plásticos existe desde hace casi 100 años pero la investigación y producción de bioplásticos comenzo hace apenas 20. Por lo tanto, Giselle y GECO aún tienen un largo camino por delante, que seguramente revolucionará la forma en que consumimos.
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Nosotros también podemos ayudar
Aunque la idea de los bioplásticos sea muy conveniente para ayudar al planeta, debemos pensar también en mejorar nuestros hábitos de consumo de plástico y otros materiales. Recuerda poner en práctica las tres Rs:
Reduce: los productos desechables o de un solo uso y evita comprar objetos y alimentos empacados con exceso de plástico.
Reutiliza: los envases que aún se encuentren en buen estado.
Recicla: todo lo que puedas. En México tan sólo el 30% del plástico se recicla; así que cuando tengas la oportunidad no dudes en hacerlo.
