Los gatos son unos animales, en ocasiones, imprevisibles. Es, tal vez, este factor el que nos hace disfrutar de su compañía. Las reacciones que suelen tener pueden llegar a ser de lo más divertidas. Solo tenéis que probar a jugar con ellos y un puntero láser y sabréis de lo que hablo.
Estos pobres animales tienen una fama de ser muy ariscos e independientes. La verdad es que la personalidad del gato varía enormemente de un ejemplar a otro y suele estar influenciado por las razas.
Sin ir más lejos, yo tengo 2 gatos y son como la noche y el día. Uno es cariñoso hasta rayar la pesadez y el otro es el animal más independiente que he visto en mi vida.
Lo que si es verdad, es que los felinos no son igual de domesticables que un perro, por ejemplo. A la hora de llevarlo al veterinario para que lo examine, cortarle las uñas, o someterle a alguna cura, no son tan dóciles como podríamos desear. Un gato se revuelve, araña y muerde si se siente atrapado o inmovilizado. Por suerte existe un truco que casi todos los veterinarios y amantes de estos animales conocen.
Esta técnica se llama Inhibición del comportamiento, más coloquialmente conocido como «clipnosis». Consiste en colocar una pinza detrás del cuello del felino, un poco más arriba de los omóplatos. El gato entrará, instantáneamente, en un estado de relajación que se puede prolongar durante varios minutos.
Esta técnica no causa ningún tipo de dolor ni perjudica en nada a nuestro felino amigo. Es el reflejo natural que tienen cuando son pequeños y sus madre los agarra de esta zona para transportarlos. Hemos de decir que no funciona en todos los gatos. La mayoría de estos animales conservan este reflejo, o una gran parte de él, durante toda su vida. Si quieres saber si puedes «desactivar» a tu gato usando la «clipnosis», prueba primero pinzándolo con tu mano. Si tu gato se relaja estás de enhorabuena, podrás darle las pastillas desparasitantes o curarle las heridas conservando tus ojos intactos.
Fuente: gattos, Mira Video, imagen de portada K-neko TR
