El día a día puede resultar agotador, por lo que una siestecita de vez en cuando nunca viene mal. Se dice que las siestas son reparadoras, pero en ocasiones nos levantamos más agotados que antes o incluso bastante desorientados, sin saber en qué día y lugar estamos. Este es el caso de la protagonista de esta historia, una morsa que apareció en la costa irlandesa.
Una niña y su padre descubren al animal sentado en las rocas
El pasado domingo, día 14 de marzo, un padre y su hija paseaban por la costa de la Isla Valentia, en Irlanda, cuando de repente la niña vio a un gran animal entre las rocas.
El padre, llamado Alan Houlihan, comentó al periódico digital Irish Examiner que su hija Muireann de cinco años avistó a lo que pensaban que era una foca. Pero poco a poco saltó a las rocas y vieron los colmillos: se trataba de una morsa.
“Estaba justo a nuestro lado, a menos de cincuenta metros de nosotros. Era enorme, del tamaño de un toro o de una vaca. En un momento levantó una aleta y parecía que nos estaba saludando. Era espectacular”.
¿Por qué la morsa viajó hasta las costas de Irlanda?
El asesor principal del Fondo Mundial para la Naturaleza sobre el Ártico y vida marina, Tom Arnbom, explicó a la BBC News que esta morsa era un macho joven. “A menudo son los animales adolescentes los que se aventuran en viajes largos para hallar nuevas áreas donde puedan reproducirse”.
Exhausted Arctic walrus spotted on Valentia Island #Kerry today far,far from home. Rare but not unusual sight by all accounts – first official walrus sighting here on the Shannon in 1897. (Footage thanks to Seánie Murphy/Valentia) @RTEnews pic.twitter.com/yrdQR1Ibam
— JennïeØSullivân (@OSullivanJennie) March 14, 2021
El doctor del acuario irlandés Dingle Oceanworld, Kevin Flannery, dijo al medio digital Irish Central que probablemente la morsa estuviera dormida encima de un iceberg que se desprendió en Groenlandia. “El animal pudo haber cruzado la Corriente del Golfo antes de terminar en la Isla Valentia. Con suerte, podrá regresar a su casa él mismo. Para ello, deberá recuperar sus fuerzas”.
Sin duda, se trata de un hecho inesperado y asombroso, ya que en Irlanda no suelen aparecer este tipo de animales. Los últimos avistamientos fueron en el año 1987 en la localidad de Shannon y en el año 1999 en el Condado de Mayo. Se cree también que algunos surfistas han divisado morsas entre las olas del mar.
Las morsas suelen vivir en el Ártico, donde se alimentan de peces y crustáceos. Duermen sobre el hielo y utilizan sus colmillos para agarrase y no moverse de los icebergs mientras descansan. Son animales de grandes dimensiones y los machos pueden llegar a alcanzar los 1700 kilos.
