Mujer de 85 años muere sin casarse y sin hijos por una promesa que le hizo a su padre

Publicado 4 enero, 2022 por redaccion
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Existe una tradición en la península de los Balcanes donde se les prohíbe a las mujeres formar su propia familia.

Se trata de las vírgenes prometidas. Stana Cerovic era una de ellas.

En las comunidades rurales de esta región, cuando una familia tenía en su descendencia únicamente hijas, estas eran obligadas a vivir como varones; les cortaban el cabello y además les prohibían tener relaciones sexuales.

La decisión de formar una familia, casarse y tener hijos debería ser una decisión completamente personal; sin embargo, aún hay muchos lugares en el mundo donde los matrimonios son arreglados. Ésta es una de las tradiciones más comunes pero también existen aquellas donde el matrimonio está prohibido.

Aunque suene descabellado, tienen su razón de ser y muchas personas lo aceptan y permanecen fieles a sus tradiciones hasta la muerte.

Stana Cerovic era una mujer que vivió en Montenegro y quiso estar soltera toda su vida para preservar el apellido de su familia. Murió en 2016 a la edad de 85 años y no dejó descendencia. ¿La razón? Un promesa que le hizo a su padre.

Esta promesa no es infundada pues en Montenegro y en las regiones cercanas, aún prevalece una tradición medieval en la que las mujeres podían vivir como hombres.

La tradición nació en el siglo XV, con las tribus de los Balcanes, que impusieron un código llamado Kanun. Este código indicaba que las mujeres podían vivir con los mismos privilegios que los hombres (como votar y salir a bares) pero la única condición era que no debían tener relaciones sexuales nunca.

Por esta razón se les conoce como «vírgenes prometidas».

De acuerdo a las reglas, en las familias donde no había hijos varones, las hijas eran tratadas como hombres y así vivían toda su vida. Es decir; eran mujeres que toda la sociedad veía como hombres.

El caso de Stana es un poco diferente pero tuvo los mismos resultados. Luego de que sus dos únicos hermanos hombres murieran, ella le prometió a su padre Milivoj Cerovic, que nunca se casaría para salvar el apellido familiar.

Así, Stana permaneció soltera hasta su muerte. No sabemos si quizás la mujer se llegó a enamorar o sintió deseos de tener un hijo, pero ella fue fiel a su promesa.

Vivía sola en la montaña pero cuando el peso de los años y el deterioro de su salud ya no la dejaron valerse completamente por sí misma, se trasladó a un geriátrico donde falleció a los 85 años, luego de lo que parece ser una tranquila vida.

Stana fue una de las últimas vírgenes prometidas y su historia es increíble.

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