No tiene boca y no puede comer, así es la Attacus Atlas, la mariposa más grande del mundo

Publicado 27 junio, 2022 por redaccion
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En el mundo hay muchos animales sorprendentes; algunos ni siquiera los podríamos imaginar pues tienen rasgos tan peculiares que nos pueden  parecer imposibles. Este es el caso de una enorme mariposa que no es capaz de alimentarse ya que carece de una boca. Y si estás pensando que no puede sobrevivir mucho tiempo de esa manera, acertaste; su vida es muy muy corta.

La Attacus Atlas es un insecto que parece sacado de una película de ciencia ficción.

Tiene unas alas gigantescas, más del doble que las de un colibrí. Sus colores son hipnotizantes pues mezcla tonos rojos, rosados, amarillos, negro y blanco; y por la simetría de sus figuras, asemeja a la cabeza de una serpiente. Pero además de su tamaño, lo más increíble es la falta de su cavidad bucal.

Cuando termina su etapa larvaria, la Attacus Atlas o mariposa Atlas comienza su cuenta regresiva pues solo cuenta con 5 días de vida. Sin embargo, no es algo que les preocupe pues así es su ciclo y tras convertirse en mariposas sin boca ponen manos a la obra para cumplir su propósito: reproducirse. Son una especie de mariposa muy enfocada, por así decirlo.

La Attacus Atlas habita en los bosques tropicales del sureste asiático, en China; así como en las islas de Malasia, Borneo e Indonesia.

Su nombre científico se lo debe al titán Atlas de la mitología griega.

Este personaje cargaba al mundo en su espalda; y ambos comparten la característica de un gran tamaño. Sin embargo, en China se le conoce comúnmente como mariposa cabeza de serpiente por las figuras de sus alas.

La parte inferior de las alas parece precisamente una cabeza de una cobra. Esto es un mecanismo evolutivo de defensa contra sus depredadores, pues puede aparentar se un animal más grande y feroz cuando se siente amenazada. De hecho, para lograr ahuyentar a las aves de las larvas, la mariposa Atlas se posiciona en el suelo y comienza a retorcerse, agitando lentamente sus alas para imitar los movimientos de la serpiente.

Estas poderosas alas llegan a medir de 25 a 30 centímetros de envergadura; y el área total alcanza más de 400 centímetros cuadrados; siendo así la mariposa más grande del mundo. Curiosamente, su cuerpo es extremadamente pequeño en comparación; y las hembras son ligeramente más grandes que los machos.

En su etapa de oruga, la Attacus Atlas produce seda.

Es de un color oscuro y parecida a la lana pues tiene una gran durabilidad. En algunas regiones se cría a la Attacus Atlas para aprovechar la seda, sin embargo no se explota comercialmente ya que no produce hilos continuos, sino que están «rotos», a diferencia de los gusanos de la seda.

Pertenece al grupo de los lepidópteros, mejor conocidos como polillas; esto quiere decir que la mariposa Atlas es un animal nocturno. Descansa durante el día y por la noche emprende el vuelo. Sin embargo, no la podremos ver volando alrededor de una lámpara como las polillas comunes pues esta mariposa necesita conservar la mayor cantidad de energía ya que no come.

La Attacus Atlas solo se alimenta cuando es una larva, luego debe sobrevivir con su reserva de energía.

En su etapa de gusano, esta especie se alimenta de hojas de árbol perenne y cítricos, también gusta de la canela y la guayaba. Debe alimentase muy bien pues una vez que comience su proceso de metamorfosis a mariposa, no podrá comer nunca más.

Cuando sale de la crisálida debe aprovechar el almacenamiento de grasa que acumuló cuando era una larva. Es por eso que la mariposa es muy ahorrativa y casi no vuela, pues el esfuerzo de elevarse por los aires consume una gran cantidad de energía. De hecho, la Attacus Atlas es una «mala» voladora; debido a su peso y tamaño, es débil en el vuelo y además es insegura.

Así, tan pronto como «nace», esta mariposa se dedica a aparearse y cuidar a sus larvas, pues sabe que tiene los días contados. Pero la mariposa Atlas se puede ir en paz sabiendo que cumplió con el ciclo de los seres vivos: nacer, crecer, reproducirse y m0rir. Aunque la naturaleza no haya cumplido con ella pues no la dotó de una boca para alimentarse.

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