Si tenéis un gato como mascota, habréis sufrido su mirada acusadora y penetrante en más de una ocasión. Seguramente, el gato en cuestión no está pensando nada más allá de observar lo que haces, pero nosotros sentimos cómo si estuviese juzgando cada mínimo movimiento que realizamos.
Y lo cierto es que… ¿podemos estar seguros de que, en realidad, no nos juzgan? Tal vez sus pequeñas cabecitas felinas están maquinando un plan de dominación mundial y no nos estamos enterando.
Viendo la manera de actuar de Olly, el gato londinense que incomoda con su mirada a los habitantes de todo el barrio, no podemos descartar ninguna hipótesis, por descabellada que nos parezca.
Resulta que el pequeño Olly tiene la manía de pasearse por el supermercado Sainsbury que está cerca de su domicilio. En realidad, lo único que hace es subirse a las estanterías y mirar a la gente que va a comprar, pero con la cara de pícaro que tiene, cualquiera pensaría que está analizando los hábitos de consumo de los clientes.
«¿Piensas entrar a comprar algo?»
«¿Tal vez sea embutido?»
«¿Seguro que necesitas todo eso que llevas en la cesta?»
«No, ya no quedan dulces, no puedes comprarlos»
Los guardias de seguridad ya lo han sacado de la tienda un par de veces, y no sabemos si intentará volver al supermercado o se le han quitado las ganas de visitarlo más.
Olly comparte vivienda con su hermano y con Adam Oliver, un académico de la London School of Economics. Según hemos podido saber, también le gusta frecuentar una cafetería cercana.
¿Volverá Olly a acosar a los clientes del supermercado con sus miradas acusadoras? Eso es algo que solo él sabe.
Fuente: Lost at e minor, Twitter de Olly, Evening Standard Artículo por Lavozdelmuro.net
