Este es el origen del árbol de Navidad y de por qué se le ponen bolas

Publicado 26 diciembre, 2019 por Alberto Díaz - Pinto
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Estaréis conmigo en que muchas de las tradiciones navideñas que han llegado hasta nosotros se iniciaron con una leyenda urbana, alguna mentirijilla o, como no podía ser de otro modo, con una campaña publicitaria. El árbol de Navidad no es una excepción. Por ello hoy venimos a contaros todo acerca de esta tradición, pues seguro que la gran mayoría habrá puesto y decorado su árbol como todos los años, pero sin saber cuál pudo ser su origen.

Como hemos podido saber a través del historiador Bill Petro, autor del libro Historia de la Navidad, la primera referencia que tenemos acerca del árbol navideño data del siglo VIII.

San Bonifacio y el árbol de Thor

En aquel tiempo, el beato británico San Bonifacio se encontraba de viaje por Alemania para predicar la palabra de Dios entre los pueblos germanos. La historia cuenta que cuando llegó a la primera aldea (lo que hoy sería Hessia, cerca de Frankfurt), descubrió a un grupo de gente a punto de sacrificar a un niño pequeño frente al árbol del Trueno de Thor. Otras versiones cuentan que fue el árbol del Trueno de Odín, pero para el caso es lo mismo.

San Bonifacio, encolerizado, cortó aquel roble pagano de un solo golpe de hacha, impidiendo el sacrificio. Acto seguido, según cuenta la leyenda, del tocón del roble brotó un pequeño abeto y Bonifacio explicó a los germanos que ese era el verdadero árbol de vida de Cristo. Del mismo modo, hay versiones que dicen que el abeto estaba en las inmediaciones del lugar, lo cual es más probable, pero estaréis conmigo que la primera versión es mucho más épica.

¿Y por qué bolas rojas?

Siglos más tarde, esta leyenda se unió a otra que decía que Jesús había nacido en invierno y que, cuando llegó al mundo, los árboles perdieron la nieve y reverdecieron de nuevo. Por ello, desde entonces, los católicos de países como Alemania empezaron a decorar los abetos con manzanas (la fruta de Adán y Eva). Esa es también la razón por la que las bolas rojas son uno de los adornos más comunes en todo el mundo.

Lutero y el árbol de Navidad

Otra de las leyendas que pueden sumarse a las anteriores respecto al tradicional árbol de Navidad fue protagonizada por Martín Lutero, el padre del protestantismo alemán, allá en el siglo XV. Cuando volvía de un paseo nocturno, el teólogo intentó describir a su familia la hermosa estampa invernal de la luna reflejándose sobre la nieve de las copas de los árboles. Como no le entendían, Lutero tuvo que salir de nuevo de casa para cortar un árbol que después decoró con velas.

Una tradición que ha perdurado en el tiempo

Cierto o no, lo que sí sabemos es que para el año 1550 ya había numerosas referencias que hablaban sobre la venta de abetos para le decoración navideña. De hecho, existe un manuscrito datado en 1605, en el que un comerciante de Estrasburgo describe la costumbre de decorar los abetos con rosas de papel, manzanas, velas, galletas y azúcar.

Otros impulsores de esta tradición fueron el príncipe Alberto de Alemania, marido de la reina Victoria de Inglaterra. El célebre escritor Charles Dickens se pronunció al respecto a esta tradición importada: «El nuevo juguete Alemán».

Pero no fue hasta 1894, cuando el presidente de EE.UU. Grover Cleveland mandó decorar el despacho oval con un árbol de navidad con luces artificiales por primera vez. Sin duda, una apuesta mucho más segura que las velas y que seguramente evitó muchos accidentes caseros.

Así pues, cuando pongáis el árbol de Navidad y lo estéis decorando, ya sabéis de donde proviene esta tradición.

Fuentes: churchpop, quora

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