Mientras que la población mundial de rinocerontes no deja de disminuir, en el Parque Nacional de Kazaringa, India, han logrado multiplicar por 100 el número de ejemplares.
Pero no ha sido la ingeniera genética, los clones o la ciencia el motivo de tan maño éxito, sino la dureza con que el país protege el parque. Y es que en Kazaringa los guardias forestales están armados y autorizados a matar cualquier cazador furtivo o sospechoso que se acerque.
Más de 20 personas mueren cada año en Kazaringa, en su mayoría furtivos, pero también se han dado terribles accidentes y mal entendidos. ¿Ha llevado Kazaringa la protección de los rinocerontes demasiado lejos?
¿Protección efectiva o excesivo uso de la fuerza?
El Parque Nacional de Kararinga está situado en Assam, en el extremo este de India. El lugar es absolutamente precioso y gracias a su gran reserva de rinocerontes, uno de los lugares más interesantes del planeta.
Precisamente hasta aquí se trasladó el equipo de la BBC y David Attenborough para filmar parte de su aclamado documental Planeta Tierra II.
Hace 100 años apenas quedaban un puñado de ejemplares, hoy son 2400, es decir, dos tercios de la población mundial de rinocerontes viven en Kazaringa. Un récord que el Parque logró tras muchos esfuerzos legales, científicos y económicos. Pero donde hay éxito, siempre llegan los buitres y pronto el parque comenzó a verse amenazado por los cazadores furtivos.
Los rinocerontes indios poseen un cuerno más pequeño que otras especies, por lo que nunca fue objeto de interés para los furtivos
Sin embargo, y tras la merma casi total del rinoceronte blanco y gris, Kazaringa pasó a ser un objetivo.
El marketing del mercado negro comenzó a vender cuernos de rinocerontes indios como un nuevo producto, de «mayor» calidad, y más concentrado.
Mucha gente cree erróneamente que el cuerno de rinoceronte es un potente afrodisíaco, capaz de curar problemas como el cáncer o la disfunción eréctil
Con tan poca oferta, el precio de este atroz producto alcanzó los 6.000$ por 100gr. Un precio más alto que el oro
Los rinocerontes de Kazaringa comenzaron aparecer muertos y por ello, en 2015, el gobierno de la India autorizó a los guardas forestales a llevar armas de fuego. Y no solo eso, sino que ordenó disparar a matar contra cualquier cazador furtivo que penetrase en el Parque Nacional.
Los trabajadores del parque no son policías pero pueden matar sin consecuencias
Hasta el momento 50 personas han muerto a manos del cuerpo de forestales
El problema es que no todos los fallecidos eran cazadores furtivos
Muchos pueblos y tribus viven en los terrenos colindantes que rodean Kazaringa, lo que ha dado lugar a varios accidentes. Algunos forestales han confundido a simples aldeanos con furtivos, algunos han sido heridos de gravedad y otros han muerto. Incluso algunos niños.
El hijo discapacitado de la familia Kachu murió de un disparo mientras cuidaba de las vacas
Asak Orang, de 7 años, recibió un disparo en la pierna cuando regresaba de la tienda. La herida fue tan grave que el músculo de su pantorrilla tuvo que ser extirpado
«Gritaron: ¡Rinoceronte, rinoceronte!… y me dispararon»
El parque admitió el error, pagó los gasto médicos e indemnizó a la familia con 200.000 rupias, unos 3.000 $. Asak todavía no está recuperado de su herida, pero jamás podrá volver a caminar con normalidad. Por ahora se desplaza sobre la espalda de su hermano mayor.
La población denuncia que los guardias forestales no está capacitados para llevar armas, y que han comenzado a abusar de su poder
Muchos animales y grandes mamíferos viven en Kazaringa y por ello el gobierno de la India ha decido duplicar su extensión del parque. Esta acción ha dado lugar al desalojo de muchos pueblos y aldeas cercanas.
Durante los desalojos, los forestales parecen haber protagonizado varios altercados violentos. Según los testimonios recogidos por la BBC, se han propinado palizas, realizado torturas y cometido algún asesinato por razones de odio.
Y mientras… la vida sigue
A pesar de las revueltas y los problemas, la vida sigue en Kazaringa. En 2016, solo 17 rinocerontes murieron allí, frente a 23 personas -sin mencionar los numerosos y dudosos accidentes. Es cierto que la protección está siendo efectiva pero, ¿crees qué es acertada?