La respuesta es, como es lógico, dependiendo de la especie de pez que se trate. Y es que no es lo mismo un barbo dorado, el cual puede vivir hasta 7 años, que un shubunkin, que puede vivir hasta 10. Sin embargo, hoy queríamos centrarnos en el pez de estanque más longevo de todos, que al parecer llegó a vivir la friolera cantidad de 226 años.
El pez koi, comúnmente conocido como carpa porque proviene de la familia de los peces carpa, puede llegar a vivir entre 30 o 40 años. Así pues, se trata de un peces muy longevos, siempre que reciban los cuidados adecuados. De hecho, existen reportes de que algunos peces koi han llegado a vivir 65 años, pero no es lo común fuera de Japón, donde estos peces pueden vivir mucho más.
Sin embargo, nada de esto es comparable a los 226 años de Hanako, el pez koi más longevo jamás registrado. Hoy conoceremos su historia:
Hanako, la carpa más longeva del mundo, llegó a vivir 226 años
Hanako en 1971. Dr. Komei Koshihara. JNPA.
Hanako nació en pleno Período Edo, es decir, en el Japón de 1751. Su vida llegó a su fin en 1977, a la avanzada edad de 226 años. Esto no solo lo convirtió en el pez koi más viejo, sino también en el pez de agua dulce con la vida más larga jamás registrada. Un récord que, a día de hoy, no ha sido superado.
Pero, os preguntaréis: ¿cómo es posible que, siendo tan antiguo, pudiera determinarse la edad exacta del pez? Bien, esto se consiguió analizando los anillos de las escamas de Hanako. Del mismo modo que los dendrólogos son capaces de determinar la edad de un árbol por sus anillos, hay expertos que pueden determinar la edad de los peces a través de sus escamas.
Escama de Hanako. Fuente: fishlaboratory
La cantidad de escamas es constante en los peces, con independencia de la fase vital en que se encuentren, pero cada una de estas laminillas va creciendo a lo largo de su vida en forma anular. Los anillos más espaciados corresponden a períodos de mayor desarrollo (por ejemplo, durante el verano), mientras que los que aparecen muy juntos indican peores condiciones (invierno).
En el caso de Hanako, estos anillos tuvieron que contarse a vista de microscopio, determinando que su edad era de 226 años en el momento de su muerte.
Un pez muy especial
Hanako comenzó su larga vida en 1751 como propiedad del clan Koshihara. Ellos la bautizaron como Hanako, que en japonés significa «niña de las flores«, debido al cariño que le profesaban.
Su último propietario, el Dr. Komei Koshihara, heredó a Hanako en 1966. El fue quien reveló que el pez pasó la mayor parte de su vida en un estanque al pie del monte Ontake, en la localidad de Higashi-Shirakawa. El estanque fue construido por los antepasados de Koshihara para el bienestar de Hanako, al cual consideraban como parte de la familia. El agua pura goteaba perennemente hacia el estanque, otorgando una condiciones óptimas para el hábitat de Hanako.
fishlaboratory
Según su maestro, Hanako era constantemente receptiva a los abrazos y palabras. Al parecer, se acostumbró a tales arrumacos desde que comenzó a ser atendida por la primera generación de Koshimaras. Meneaba el cuerpo y escuchaba atentamente cada vez que se acercaban al estanque.
¿Cómo pudo vivir tanto?
Los creen que fundamentalmente existieron dos factores determinantes en la longevidad e Hanako. El primero fue el amor y el cuidado de sus dueños. El segundo, las aguas cristalinas de las montañas japonesas. Curiosamente, las otros peces koi que compartieron aguas con Hanako también vivieron durante períodos más largos de lo normal, como Aoi, que vivió durante 170 años, y Yuki, de color blanco, que murió después de nadar en el mismo estanque durante 141 años.
Si bien Hanako vivió muchos eventos históricos, uno de los ejemplos más claros es que no solo vivió las dos Guerras Mundiales, sino que también nadaba en su estanque cuando Neil Armstrong puso un pie en la luna. Siete años después, el 17 de julio de 1977, Hanako dio su último suspiro en el estanque del jardín trasero de Koshihara.
