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Potemkim: los misteriosos pueblos falsos en los que no hay absolutamente nada excepto secretos

Instagram / @gregorsailer

¿Habéis escuchado hablar alguna vez de los pueblos Potemkin? También se les conoce como pueblos falsos o, entrando más en el s. XXI, pueblos fake. Se trata precisamente de eso, pueblos deshabitados que se erigieron con un determinado propósito: engañar al ojo humano. Lo que viene siendo un trampantojo de toda la vida.

Hoy conoceremos algunos de estos pueblos Potemkin repartidos por todo el mundo, principalmente gracias al trabajo fotográfico de Gregor Sailer. Entre ellos, réplicas de ciudades europeas en China, así como ciudades para testear vehículos en los países nórdicos, pasando por meros gestos políticos y centros de entrenamiento de combate. Un trabajo que nos da acceso al mundo de las falsificaciones, las copias y las escenografías arquitectónicas como nunca antes.

Adentrémonos en estos curiosos lugares y conozcamos un poco más de cerca su historia:

Los pueblos Potemkin, la leyenda de los pueblos falsos

Instagram / @gregorsailer

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Toda esta historia se debe a una leyenda en torno al político y militar Grigori Potemkin. Obtuvo grandes logros militares, pero también la historia le reconoce como el amante de Catalina La Grande, zarina de Rusia en el siglo XVIII. Esto último ya nos hace pensar que se trataba de un hombre que sabía manejarse muy bien por los tejemanejes de la corte. Y ahí uno se gana tantos enemigos como amigos.

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En 1.783, Catalina viajó a Crimea para conocer las nuevas posesiones rusas en la zona. Potemkin, dispuesto a mostrar la mejor cara posible de la zona, forró las calles de algunos pueblos con fachadas de cartón. Los habitantes de la zona también fueron provistos de ropajes más elegantes para la ocasión e incluso se desplazaron poblaciones enteras para mostrar una región más boyante. Además de esto, Potemkin organizó desfiles, fuegos artificiales…

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Las apariencias engañan

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El objetivo de Potemkin era mostrar una imagen mejor de la real. Que la reina fuera testigo del progreso y de los pueblos más bonitos del lugar. Que la reina viera menos hambre y pobreza. Sin embargo, todo irreal y ficticio. Todo era falso. Eran pueblos Potemkin.

Es más, quienes dieron por hecho que esto verdaderamente ocurrió aseguraron que Catalina se marchó encantada de aquella zona próspera donde, además, creyó, era muy querida. No obstante, por San Petersburgo corrieron rumores de que Potemkin ni siquiera elaboró demasiado el engaño.

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Las malas lenguas aseguraron que, mientras la zarina avanzaba en su viaje, varios obreros trasladaban las fachadas y volvían a recrear el mismo pueblo, con distinto nombre, en el siguiente valle. Algunos incluso reconocieron que habían reconocido a la misma vaca en distintos pueblos por los rasgos faciales.

Puede que se trate de uno de los bulos más extendidos y prolongados de la historia, cuya única finalidad era la de desacreditar al favorito de la zarina. O puede que fuera verdad.

Instagram / @gregorsailer

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No obstante, tanto si los primeros pueblos Potemkin existieron como si no, su nombre ha perdurado para designar a todos esos lugares que ocultan la pobreza y la ruina detrás de trampantojos y decorados que aparentan prosperidad y belleza.

Por diversas razones, y varios siglos después, lo cierto es que existen bastantes recreaciones de este tipo alrededor del mundo, tal y como estamos viendo en las imágenes.

Instagram / @gregorsailer

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El trabajo de Gregor Sailer

Instagram / @gregorsailer

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El fotógrafo austríaco Gregor Sailer, en su pasión por todo aquello simulado y los límites entre la ilusión y la realidad, comenzó a investigar sobre las aldeas Potemkin. ¿El objetivo? encontrarlas en la vida real y fotografiarlas.

Después de varios meses de duros trámites, Sailer viajó por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Suecia, Alemania e Inglaterra. Dos años viajando que le permitieron inmortalizar hasta 25 pueblos Potemkin en 7 países diferentes.

¿Pero, para qué los hicieron? Otros pueblos Potemkin

Instagram / urbanjungletm

La mayor parte de estos proyectos fueron erigidos con fines militares, políticos y económicos. Es por eso que el acceso a algunos de esos pueblos está restringido. Sin embargo, no deja de ser curioso.

Instagram / marco.zedler

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Por ejemplo, este pueblo que estáis viendo se asienta en Suiza, y es otra aldea fake compartida por el fotógrafo Marco Zedler.

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Kijong-dong, el pueblo fantasma en Corea del Norte

La postura oficial del gobierno norcoreano sobre Kijong-dong es que alberga una granja colectiva de 200 familias, equipada con guarderías, escuelas de primaria y secundaria y un hospital. Sin embargo, la observación que se ha hecho del pueblo desde el sur sugiere que se trata en realidad de una aldea Potemkin deshabitada, construida en los años 1950.

En este caso, el objetivo de Corea del Norte era puramente propagandístico. Al parecer, el pueblo estaba destinado a provocar desertores entre las filas del ejército surcoreano afincado cerca de la frontera que separa ambos países.

Este artículo fue modificado el 28 julio, 2020 12:20 am

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