Profesora inventa una silla de pelotas de tenis que está ayudando a niños con problemas sensoriales

Publicado 17 febrero, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
PUBLICIDAD

Amy Maplethorpe es profesora de español en la escuela primaria Raymond Ellis en Round Lake, en Illinois, y entre sus alumnos hay varios pequeños que padecen autismo. Para ellos concentrarse es particularmente difícil, pues sufren desórdenes de procesamiento sensorial, es decir, que imágenes, sonidos, olores y texturas les distraen con facilidad.

Preguntándose de qué modo podía ayudar a sus alumnos, Maplethorpe buscó inspiración en Pinterest y materializó su empeño en una silla cuyo respaldo y asiento están llenas de mitades de pelotas de tenis.

La publicación, difundida originalmente a través del Facebook oficial de la escuela, ya ha sido compartida más de 90 mil veces y tiene casi 60 mil «me gusta», denotando que la propuesta de esta profesora ha sido acogida con los brazos abiertos por otros profesores, expertos y padres.

«La señorita Mapplethorpe, de nuestro Departamento de Habla y Lenguaje, creó estas sillas para los estudiantes con necesidades sensoriales. Gracias señorita Maplethorpe. 
Las sillas sensoriales son utilizadas con estudiantes que pueden tener dificultades para procesar la información proveniente de sus sentidos y del mundo que les rodea. Las pelotas de tenis en asiento y respaldo proveen una textura alternativa para mejorar su regulación sensorial. Estudiantes con autismo, síndrome de Down, trastornos del procesamiento sensorial, etc., pueden beneficiarse con esta opción de silla.»

Según explica Maplethorpe, las pelotas de tenis ofrecen una textura diferente a las sillas normales y, al sentarse en ellas, los alumnos encuentran el estímulo físico que necesitan, en lugar de la superficie plana que les pone ansiosos.

Aunque los resultados son diferentes en cada estudiante, Maplethorpe ha asegurado que en todos los casos ha percibido beneficios significativos

«Los estudiantes de primer grado que han utilizado la silla, en general, se han vuelto más pacientes y han seguido mejor las instrucciones. También están menos inquietos y más dispuestos a sentarse tranquilamente por períodos de tiempo más largos». 

Por su parte, Beth Kiewicz, directora de la escuela, está encantada con el trabajo de Maplethorpe:

«Cuando se satisfacen las necesidades sensoriales de un niño, eso nos permite pasar a ocuparnos de sus necesidades académicas. Tienes que mirar al niño de forma integral: su parte social, emocional y académica. Para eso estamos aquí», concluyó.

Resulta curioso cómo con una idea tan sencilla se pueden lograr cosas extraordinarias, ¿estás de acuerdo?

PUBLICIDAD
Otros artículos de esta categoría...