En general, pasamos muchas horas al día en casa, sobre todo en nuestro dormitorio. Buscamos que nuestra habitación sea nuestro espacio seguro, nos rodeamos de las cosas que nos gustan y nos representan, la decoramos a nuestro gusto, tenemos recuerdos y regalos, etc. Una parte esencial de los dormitorios son las paredes y lo que decidimos hacer con ellas: de gotelé o lisa, con papel pintado o pintura, con pósters y cuadros o limpia.
Además de elegir un color que vaya con los muebles y nuestros gustos, podemos empezar a tener en cuenta cómo nos afectan los colores y, en especial, cómo influyen en los bebés. Aún falta mucha investigación por llevar a cabo en el tema de la Psicología del Color, sobre todo en su efecto sobre los más pequeños, pero en márketing ya se han comprobado los efectos ciertos colores sobre los adultos. Por ejemplo, el rojo y el amarillo nos hace tener más hambre, así que no es casualidad que los restaurantes de comida rápida suelan usar estos colores.
La influencia de los colores en los niños
Hace unos años se llevó a cabo un estudio con 30 niños y 30 niñas de 5 años y 6 años y medio en el cual se les exponía a diferentes colores y se les preguntaba qué les hacían sentir. En general, respondían con emociones positivas ante los colores brillantes (rojo, rosa y azul) y con emociones negativas ante los más oscuros (gris, negro y marrón).
Al aumentar la edad, las niñas parecían rechazar aún más los colores oscuros, mientras que los chicos no se mostraban tan negativos. Por supuesto, no podemos obviar la influencia de la cultura y los roles de género en los gustos y actitudes de niños y niñas, pero es un tema complejo que sigue requiriendo investigación.
Es importante planificar bien la habitación de un bebé: tiene que ser estimulante para facilitar su desarrollo al mismo tiempo que confiere una sensación de tranquilidad y seguridad. Antes se usaban los colores neutros pensando en calmar al bebé, pero actualmente hay muchas ideas novedosas en cuanto a la decoración de las habitaciones infantiles. Puedes encontrar algo más atrevido que resulte estimulante para tu hijo, sin que eso signifique agobiarle o sobrecargar la habitación.
Vamos a ver a continuación uno por uno los colores, las emociones que suelen despertar en los niños y qué efectos pueden tener.
1. Rojo
Imagen de projectnursery.com
El rojo es de los colores más brillantes y que más emociones despiertan, por eso ha de ser usado con cautela. Puede ser estimulante para tu bebé y llamar su atención, pero si se usa el rojo en todas las paredes, puede sobrecargarle y dificultarle el dormir, especialmente si se trata de un bebé energético. Sin duda, no es un color popular a la hora de pintar la habitación de un bebé porque también nos recuerda a la violencia y el fuego y puede despertar cierta agresividad.
2. Rosa
El rosa ha sido durante décadas el color elegido para las niñas, ya que representa todo lo que se asocia con la feminidad y la empatía. Más allá de eso, el rosa es un color que nos ofrece los beneficios del color rojo, pero con menor intensidad, procurando un ambiente tranquilo, por lo que también es bueno para los niños más energéticos. Sin embargo, con el tiempo puede llegar a irritar un poco a los bebés, produciendo que se agiten, sobre todo si toda la habitación es rosa.
3. Naranja
El naranja es un color acogedor y tranquilo, que invita a conversar con los demás y estar cómodos. Además, regulando su intensidad se puede conseguir uno u otro efecto: usa un naranja más oscuro para crear una atmósfera más relajante o un naranja brillante para mayor estimulación y un toque más moderno. En general, se podría recomendar el naranja para cualquier otra habitación de la casa, ya que en los niños puede generar sensación de ansiedad y falta de concentración, especialmente si la habitación no es muy luminosa.
4. Amarillo
El amarillo es un color muy vivo y alegre que nos recuerda al sol, pero también ha de ser utilizado con cautela, pues si es muy brillante puede llegar a alterar al bebé, frustrándolo y provocando que llore. Sin embargo, los tonos sutiles de amarillo promueven la concentración y los pensamientos emotivos, recordándonos momentos felices y bonitos.
5. Verde
El verde es el color de la naturaleza, de la serenidad, del crecimiento y de la salud, que además promueve la concentración y la calma. El verde es una gran opción a la hora de crear un espacio que fomente el aprendizaje del bebé. Para potenciar aún más las propiedades de este color, se puede combinar con la alegría del amarillo, para un poco más de estimulación, y con la tranquilidad que nos ofrecen los tonos azules.
6. Azul
El azul es otro de los colores más populares a la hora de pintar las habitaciones de los bebés, sobre todo si se trata de un niño, pero puede tener diferentes efectos en función del tono que se utilice. En general, crea una atmósfera relajante que ayuda a los bebés a relajarse, reduciendo la ansiedad, pero hay que tener cuidado con los azules que tienden a gris, pues están más asociados a la tristeza.
Un azul más brillante promueve la productividad y por ello no debe usarse en los espacios usados para comer. Si tu bebé tiene dificultades para comer, intenta evitar la cubertería y mantelería azul. Por otro lado, representa el frescor, por lo que ayudará a enfriarse a aquellos bebés que son propensos a tener la temperatura corporal elevada.
7. Morado
El morado es el color más difícil de encontrar en la naturaleza y por eso se asocia a lo lujoso, incluso los tonos más sutiles, como el lavanda o el lila. También está asociado a la espiritualidad y lo misterioso. Como sucede con los demás colores, sus efectos dependen de la intensidad y el tono de morado: los tonos más suaves nos ofrecen los beneficios del rosa evitando la irritación que pueda causar en el bebé a largo plazo. En general, se trata de una buena opción para la habitación de un bebé.
8. Blanco
El blanco es el color de lo angelical, lo puro e inocente, pero hay que tener cuidado, pues puede promover el secretismo. Hay que evitar que la habitación sea por completo blanca: añade toques de colores brillantes para favorecer las emociones y la estimulación del bebé. Además, es el color que más sufre el paso de tiempo y el que más se mancha, por lo que no parece lo más indicado para los pequeños de la casa.
9. Gris
El gris hace que tendamos a hacer introspección y pensar sobre nosotros mismos y nuestras emociones, lo que incluye la tristeza y la soledad. Nos recuerda a los días lluviosos que nos suelen poner algo tristes, por eso procura añadir toques de colores vivos para animar la atmósfera de la habitación y promover otro tipo de emociones.
10. Negro
Imagen de projectnursery.com
Al igual que el rojo, el negro es otro color que ha de usarse con moderación. Representa la autoridad y el poder, pero si se usa en exceso o en una habitación con escasa iluminación, creará una atmósfera oscura y de escasa estimulación. El negro es una buena opción si se quiere usar para resaltar otros colores brillantes o si la habitación es amplia y muy luminosa. Aun así, no es un color popular para las habitaciones de los bebés.
11. Marrón
Imagen de projectnursery.com
El marrón también representa la naturaleza, pero la parte de ésta que no nos gusta tanto: la tierra y la suciedad. Todo depende del tono de marrón que se utilice y lo mejor es irse a marrones chocolate o bien a los tonos beige y neutros. Puede funcionar bien para otras habitaciones, pero no es de los colores más estimulantes para los niños.
Como conclusión general, lo mejor para las habitaciones de los bebés es combinar colores cálidos y brillantes con otros tonos más calmados y fríos. Los primeros le darán la estimulación necesaria, mientras que los segundos le ayudarán a relajarse y calmarse cuando lo necesite. Además, así evitaremos recargar los dormitorios de un solo color, porque al final todos nos cansamos de lo monocromático.
