En multitud de películas, series, relatos y demás formas de narrativa se ha dicho que los tiburones se sienten atraídos hacia la sangre humana. Hay quienes afirman que estos animales enloquecen si huelen nuestra sangre. Pero, ¿es esto cierto o se trata de una leyenda? Mark Rober lo ha puesto a prueba.
El atrevido youtuber
Mark Rober no es un youtuber cualquiera, que realiza actos totalmente inconscientes buscando las visitas y el like fácil. Se trata de un ex ingeniero de la NASA. Se le ocurrió la idea tras la Shark Week, un evento que dedica Discovery Channel una vez al año al depredador más temido del océano. Este evento comenzó el domingo y, como su propio nombre indica, durará toda la semana. Rober publicó el vídeo el día 28 de julio y ya tiene más de 25 millones de visitas. Está claro que muchísima gente quería comprobar si la leyenda era cierta o simplemente eso, una leyenda.
El experimento
La prueba se llevó a cabo en las Bahamas, en unas aguas infestadas de tiburones.
Captura de Youtube
En un principio la idea de Rober era medir a cuánta distancia podían los tiburones detectar la sangre. Pero se le ocurrió que primero tendría que comprobar si, efectivamente, se siente atraídos hacia ella. Para ello colocó cuatro líquidos distintos, aceite de pescado, orina, sangre de vaca y agua de mar sobre tablas de surf. Estos líquidos se fueron vertiendo al mar a lo largo de una hora.
diagrama que muestra cómo se colocaron las tablas en el experimento (captura de Youtube)
Al principio no se nota que ninguno de los tiburones esté especialmente interesado en ninguna sustancia, pero al cabo de unos 20 minutos se aprecia cómo notan ligeramente la sangre.
Sin embargo, ningún tiburón mostró mucho interés, para toda la cantidad de sangre que se estaba vertiendo por minuto. Cuando ya habían transcurrido 45 minutos, se vio más movimiento bajo la tabla de surf con la sangre. Pero los animales se decepcionaban al comprobar que se trataba simplemente de un trozo de madera y se alejaban.
Captura de Youtube
La bolsa contenía 2 litros de sangre y si un humano llega a perder esa cantidad, muere, probablemente antes de que algún tiburón le hiciera caso. Es cierto que se sintieron más atraídos hacia la sangre que hacia los otros líquidos: 41 tiburones se acercaron a la sangre, mientras que tan solo 4 fueron a mirar el aceite de pescado y ningún tiburón se acercó a los otros dos líquidos.
Un segundo experimento
Aun así llevaron el experimento más allá. Rober quiso comprobar si se sentían tan atraídos a la sangre humana como a la de vaca. Para ello, colocaron dos tablas con sangre humana, donde una soltaba sangre más rápido que otra. Los resultados de este segundo experimento fueron que la sorprendente cantidad de cero tiburones se acercaron a la sangre humana. El experimento no es rigurosamente científico pero casi podemos afirmar que por unas gotas de sangre los tiburones no van a enloquecer e ir a cazar aquello que está sangrando.
Tras estos resultados, Rober se animó a bucear rodeado de tiburones y grabó unas imágenes increíbles. Podéis verlas en su vídeo aquí debajo.
