Como todos sabréis, las lágrimas se originan en las glándulas lagrimales, situadas encima del globo ocular, cuya misión principal de lubricar el ojo, mantener la córnea limpia y arrastrar cualquier cuerpo extraño que pueda haberse introducido en nuestros ojos. Hasta ahí bien. Pero, ¿por qué solemos sonarnos la nariz después de producir lágrimas?
Bien, antes de contestar a la pregunta, primero debemos observar nuestros ojos. Es probable que lo hayáis visto antes, pero muchos no sabrán para qué sirve ese pequeño agujerito que todos tenemos en los párpados. Para verlo, debéis tirar suavemente del párpado inferior y observar el rincón interno más cercano de la nariz. Ahí lo encontraréis.
Dicho agujero también está presente en la parte superior del párpado y se llama punto lagrimal. Pero ¿sabéis para qué sirve? Aquí podéis verlo mejor:
Durante el llanto, las lágrimas se acumulan en el lado interno del párpado, donde son absorbidas por el punto lagrimal y conducidas, a través de los canalículos lagrimales, hacia un canal común del saco lagrimal. Así lo veréis mejor:
Por tanto, la función de los puntos lagrimales de los párpados no es otra que la de drenar las lágrimas hasta la cavidad nasal.
De este modo, y como la naturaleza es bien sabia, evitaremos que los ojos queden mojados y llorando todo el rato. Por tanto, cuando lloramos, normalmente esta acción viene acompañada de secreciones nasales. Incluso, también podemos sentir el sabor salado de las lágrimas en nuestra garganta.
Y es que producimos entre 2 y 4 ml de lágrimas al día. Por tanto, cuando lloramos se produce un aumento del flujo de lágrimas y, como las vías de drenaje se llenan, este exceso también escurre por el rostro.
Por otro lado, estos puntos lagrimales pueden obstruirse. Se trata de una condición conocida médicamente como obliteración. Esta afección puede ser congénita o adquirida mediante un agente externo. Los síntomas más frecuentes de la obliteración implican la inflamación del saco lagrimal y el exceso de lágrimas.
Así pues, queda resuelto el «misterio» de estos agujeritos en los párpados. ¡Resulta que tenían una función esencial que jamás hubiéramos adivinado! Pero ¡atención!, si nuestro lagrimeo es constante durante varios días, es importante acudir al médico cuanto antes, ya que la acumulación puede promover el desarrollo de bacterias, virus y hongos.
Si os ha parecido curioso este post, tenéis que echarle un vistazo al trabajo del fotógrafo Suren Manvelyan. Los ojos vistos tan de cerca pueden ser, sencillamente, alucinantes.