Las certeras recreaciones de niños desaparecidos y sus fotos cuando los encuentran

Publicado 28 noviembre, 2019 por Javier Escribano
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Se acaban de cumplir diez años del rescate de Jaycee Dugard. Durante su 18 largos años de cautiverio, la familia de Jaycee no perdió la esperanza de encontrarla. Pero durante tanto tiempo, la niña, raptada con 11 años, se convirtió en una mujer de 29, y nadie podía estar seguro del aspecto que tendría.

Para investigar los casos de raptos y desapariciones de niños y niñas que se alargan durante años, las autoridades recurren a las técnicas de envejecimiento artificial para intentar determinar cómo habrá evolucionado físicamente una persona años después. Es parte de las denominadas «artes fornses», mitad arte, mitad ciencia. Trabajando a partir de fotos reales de los pequeños, pero también fotos de sus familiares, para predecir cómo habrán cambiado sus facciones faciales a lo largo de los años, especialmente el crecimiento de la cabeza.

«Ese viejo dicho de que un niño tiene los ojos de su madre o la nariz de su padre acierte más veces de las que no», dice Ernie Allen, presidente del National Center for Missing and Exploited Children (NCMEC) hasta 2014. Antes de publicarse, los retratos son mostrados a los padres, quienes aportan sugerencias más subjetivas sobre el aspecto que tendrían sus hijos: cómo llevarían el pelo, si tendrían pecas…

El centro, que lleva usando esta tecnología desde 1989, actualiza con nuevas imágenes cada dos años para menores de 18 años, y cada cinco para mayores de 18. Estas son repartidas entre todas las comisarías y oficinas, así como lugares públicos, con la esperanza de que alguien reconozca el rostro y pueda ayudar a terminar esta dramática situación.

Jaycee Dugard, desaparecida a los 11 años, encontrada a los 29

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El caso de Jaycee Dugard es excepcional, pues está considerado como uno de los más largos desde que se tiene constancia. Con once años, Jaycee fue secuestrada por la pareja Phillip y Nancy Garrido, y abusada repetidamente por este. Los Garrido ejercieron una presión psicológica que hizo que Jaycee olvidara su propia identidad. La niña dio luz a dos hijas, que ella misma cuidó durante los 18 años que estuvo secuestrada, y que tenían once y quince años en el momento en el que las encontraron. Tras su liberación, Jaycee se reencontró felizmente con su madre y detalló su experiencia en un libro, Stolen Life.

Aric Austin, desaparecido a los dos meses, encontrado a los 22 años

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Cuanto más joven es el niño en el momento en que lo raptan, más complejo es crear un retrato envejecido. Aric Austin fue secuestrado con apenas dos meses por su padre, que no tenía la custodia. Su retrato, imaginando el aspecto que tendría con veinte años, fue clave para que lo reconociera un agente, al compararlo con su foto del carnet de conducir. Resulta increíble cómo, sin más información que su aspecto de bebé, hayan podido crear un retrato tan parecido a la realidad.

Sara Eghbal-Brin, desaparecida a los tres años, encontrada a los seis

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Sara Egbhal-Brin fue separada de su madre a punta de cuchillo en Francia, cuando solo tenía tres años. Su retrato imaginando el aspecto que tendría con siete años fue clave para que policías de Canadá reconocieran a la niña en el asiento trasero de un coche seis años después. En la foto, se aprecia que el aspecto que tiene la niña con ocho años es prácticamente idéntico al retrato utilizado para su rescate.

Joseph Carson, desaparecido a los tres años, encontrado a los nueve

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El caso de Joseph Carson demuestra lo importante que es la difusión de estos retratos no solo entre las autoridades, sino en espacios públicos. Un cliente de una tienda de mecánica reconoció el retrato envejecido de Carson en una pantalla que informaba de niños desaparecidos. Contactó a las autoridades y ayudó a que el niño, desaparecido a los tres años, se reuniera con su madre a los nueve.

«El objetivo de usar esta tecnología es mantener el caso vivo y dar esperanza a las familias. El mundo olvida, la policía se queda sin pistas, el foco de los medios de comunicación se desvanece, pero con suficiente ciencia y persistencia, esperamos estimular al público y que nos llamen con información», dice Allen.

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