El síndrome de las piernas inquietas, también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno neurológico que provoca sacudidas, picores, hormigueo, pinchazos o dolor en las piernas si están en reposo, ya estemos sentados o acostados.
Estas sensaciones provocan a su vez un irrefrenable impulso de moverse y andar, en un intento por aliviar estas molestias
Todo ello afecta al descanso del paciente, provocando problemas de sueño e insomnio, así como cuadros de ansiedad y somnolencia durante el día
El 2-3% de la población lo sufre con severidad
Afecta por igual a hombres y mujeres, es hereditario y, aunque es más frecuente a partir de los 45 años, puede desarrollarse a cualquier edad.
No hay consenso sobre las causas de este trastorno
Parece estar asociado a deficiencias en los niveles de hierro, siendo frecuente durante el embarazo o la anemia. También puede desarrollarse como efecto secundario de diversos medicamentos, especialmente con los antagonistas de dopamina, inhibidores de serotonina y antidepresivos. Es común que se produzca junto a enfermedades de tipo inflamatorio del tracto intestinal como la enfermedad de Crohn y el colón irritable.
Como en cualquier enfermedad se precisa de un buen diagnóstico
Para diagnosticar el RSL, debe detectar cualquiera de estos cuatro síntomas:
- Una necesidad urgente de mover las piernas, acompañada generalmente de una sensación incómoda y poco placentera en las extremidades.
- La necesidad de moverse, o la sensación poco placentera en las extremidades, que comienza cuando se inician periodos de descanso.
- La necesidad de moverse, o las sensaciones poco placenteras en las extremidades, son parcialmente disminuidas por el movimiento del paciente. Generalmente andando, haciendo estiramientos, etc.
- La necesidad de movimiento, o las sensaciones poco placenteras en las extremidades, es mayor en los periodos de tarde/noche, siendo menos probables por la mañana.
Existen diversos tratamientos farmacológicos y útiles recomendaciones
Dependiendo de los resultados obtenidos en los análisis de sangre y el tipo de vida del paciente, el especialista recomendará diversos tratamientos farmacológicos. El tabaco, el alcohol, la cafeína y otros excitantes también están desaconsejados.
El estrés es un gran condicionante y el ejercicio físico mejora y reduce las molestias
Se recomienda practicar entre 30-60 minutos de actividad física al día. No tienen por qué ser especialmente intensos, basta con caminar, correr, hacer yoga o practicar algún deporte. Tomarse la vida con más tranquilidad y alejar el estrés también repercute positivamente en los pacientes con RSL.
Y tú, ¿sufres síndrome de piernas inquietas? Si es así, ¿has encontrado algún remedio eficaz o actividad que reduzca tus molestias considerablemente? Compártelo en los comentarios.