Una nueva investigación ha desvelado que el 90% de las marcas de sal de mesa estudiadas en todo el mundo tiene microplásticos. Se habían encontrado microplásticos en muestras de este mineral anteriormente, pero todavía desconocemos la cantidad de plástico que se puede llegar a encontrar en él.
36 de las 39 marcas de sal probadas por investigadores de Corea del Sur y Greenpeace East Asia tenían microplásticos. Los expertos utilizaron estudios previos realizados sobre sal, aunque este trabajo es el primero de su escala en observar la propagación geográfica de los plásticos en la sal de mesa y su correlación con el lugar en el que se encuentra la contaminación de plásticos en nuestro planeta.
36 de las 39 marcas de sal analizadas por este estudio coreano contenían microplásticos
Seung-Kyu Kim, profesor de Ciencias del Mar en la Universidad Nacional de Incheon, en Corea del Sur, ha señalado que los resultados del estudio sugieren que la ingestión de microplásticos a partir de productos obtenidos del mar está ampliamente relacionada con las emisiones de una determinada región.
La sal analizada provenía de 21 países repartidos entre Europa, América del Norte y Sur, África y Asia. Las únicas tres marcas que no contenían plásticos venían de Taiwán (sal marina refinada), China (sal de roca refinada) y Francia (sal marina no refinada y producida por evaporación solar). El estudio se publicó en octubre de 2018 en la revista científica Environmental Science & Technology.
Indonesia es uno de los países que más sufre la contaminación plástica
La cantidad de microplásticos encontrados en la sal varió bastante entre las marcas analizadas. Curiosamente, la sal asiática contenía muchos plásticos, sobre todo la de Indonesia. Asia es un punto de concentración para la concentración de plásticos, e Indonesia es el segundo país más contaminado por plásticos del mundo, según un estudio realizado en 2015.
Según otro indicador de la densidad geográfica de la contaminación plástica, los niveles de microplásticos más altos se encontraron en sal marina, seguida de la sal de lago y la sal de roca. Este estudio se trata del quinto sobre sal publicado en los últimos años, ante la preocupación por la incidencia de plásticos en nuestra alimentación. Otros trabajos se han publicado anteriormente en España, Estados Unidos y China. Además, un equipo conjunto de expertos chinos, británicos y malayos han trabajado también en investigar la sal de mesa.
Se desconoce la cantidad exacta de plásticos que contiene la sal de mesa
La profesora Sherri Mason, de la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia, se asoció con investigadores de la Universidad de Minnesota para realizar un estudio independiente de la sal. En una entrevista declaró que estas investigaciones añaden información útil para evaluar en impacto de los microplásticos. Además, ha señalado que se desconocen las cantidades exactas de microplásticos que puedan encontrarse en la sal vendida en diferentes países.
Este último estudio realizado por coreanos con la colaboración de Greenpeace muestra que los microplásticos están en todas partes. Aunque compremos sal marina en Alemania, no nos libramos de que esté contaminada. Además, se ha estimado que un adulto promedio consume aproximadamente 2000 microplásticos al año a través de la sal. Todavía se desconoce cómo de perjudicial es eso para la salud humana.
No tenemos suficiente información como para poder determinar si los microplásticos causan daños en la salud
Un estudio realizado por la Universidad de York intentó calcular los riesgos de los microplásticos para el medio ambiente. Sus resultados concluyeron con que no se sabe lo suficiente como para determinar si los microplásticos causan daños importantes.
Alistair Boxall, coautor de éste estudio y profesor de la universidad mencionada, afirmó en un comunicado que después de revisar los 320 existentes sobre el tema, encontró grandes lagunas de conocimiento sobre el impacto de los microplásticos en el medio ambiente. Algunos datos no coinciden entre sí y por tanto no se pueden establecer comparaciones válidas con las que se llegue a buen puerto.
Hay que continuar estudiando el impacto de los microplásticos en el medio sin olvidarse de la contaminación ambiental
Actualmente, hay pocas evidencias de que los microplásticos estén causando un gran impacto negativo sobre el medio. Aún así, se necesitan mejores estudios de monitoreo holísticos junto con estudios de efectos más realistas para el medio ambiente sobre los tamaños de las partículas y los tipos de materiales presentes en la naturaleza.
El profesor Boxall afirmó también que centrarse exclusivamente en los microplásticos puede provocar que no se preste suficiente atención a los problemas de contaminación ambiental. Éstos son más fácilmente identificables, como las partículas liberadas por los neumáticos de los automóviles.
