Científicos hacen seguimiento a una salamandra y descubren que no se ha movido en 7 años

Publicado 24 febrero, 2020 por Olivia Martin
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Científicos que monitoreaban a un grupo de salamandras europeas en un estudio del Journal of Zoology observaron cómo uno de estos anfibios, de una cueva en Bosnia y Herzegovina, permaneció en el mismo lugar totalmente inmóvil durante siete años.

Durante el experimento entre 2010 y 2018, solo en 10 ocasiones se descubrió que una se movió más de 10 metros. En promedio, las criaturas se trasladaron alrededor de 5 metros en un año.

Peces humanos

Estas rarezas anfibias son conocidas en Eslovenia como peces humanos por su piel pálida. Solo este país ya cuenta con más de 9.000 cuevas registradas, un auténtico laberinto subterráneo. No solo allí, sino que en otros mucho más cerca como Italia o Croacia y Bosnia-Herzegovina podemos hallar ejemplares de «olm» o «cría de dragón» en las profundidades marinas más oscuras y rocosas.

El secreto para vivir 100 años

La tranquilidad de habitar sin depredadores naturales hace que vivan sin prisa, que no tengan que correr u ocultarse. El olm puede vivir durante todo un siglo y alcanza la madurez sexual a partir de las 17 primaveras. Además de eso, como solo se reproducen una vez cada 12.5 años, no tienen la necesidad por el apareamiento regular que mantiene a otros animales en estado de alerta. La hembra es la única que se mueve, en pocas ocasiones, para revisar los huevos, para depositar otro o para defenderse.

Pasa una eternidad entre comida y comida

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No poseen pigmentos en su piel y en condiciones adversas puede aguantar hasta seis años sin comer ¿Cómo lo hacen? Durante ese tiempo reabsorben sus propios tejidos.

No tienen ojos, pero tienen otras virtudes

Esta salamandra albina de cueva, con branquias en el exterior del cuerpo por las que respira en el medio acuático donde vive, es completamente ciega. Sus ojos están escondidos bajo una piel sensible a los cambios de corriente bajo el agua. Gracias a ella detecta el movimiento hecho por sus presas como caracoles o anfípodos (pequeños crustáceos). También los detecta a través de órganos electrosensibles en su hocico. Este poderoso sentido del olfato le es igual de útil a la hora de monitorear sus huevos.

¿Falta de movimiento por dificultad de orientación?

Para nada. A pesar de no tener ojos, las olms tienen sentidos químicos, magnéticos y acústicos espectaculares. La autora húngara del estudio, Gergely Balázs afirmó que la «estrategia de sentarse y esperar» de los depredadores puede explicar esta quietud extrema. Estos anfibios prefieren preservar la energía mientras los crustáceos se acercan, en lugar de perseguirlos.

Entre serpiente y pez

Muchos de quienes han estudiado la especie consideran que es un animal inacabado porque con sus 20 – 30 cm, tiene tamaño de pez, pero sus características físicas hacen que se parezca a una serpiente.

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