Abandonaron a 60 simios en una isla tras inocularles hepatitis. Su cuidador se quedó con ellos

Publicado 15 marzo, 2020 por Javier Escribano
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Un archipiélago de islas fluviales de Liberia, en la costa occidental de África, sirve de santuario para una comunidad de chimpancés. Un hombre, Joseph Thomas, lleva casi toda su vida cuidándolos, alimentándolos y peleando por su supervivencia. No siempre fue fácil.

Los simios formaron parte de un laboratorio médico llamado Vilab, propiedad del New York Blood Center, instalado en 1974. Estos eran infectados con virus de hepatitis B y otras enfermedades, como la «ceguera de los ríos», con el objetivo de encontrar la cura. A lo largo de tres décadas, el laboratorio superó una crisis política tras otra, pero finalmente una campaña por los derechos de los animales terminó para siempre con la experimentación en los chimpancés en 2004. 

Surgió ahora un nuevo debate, ¿qué hacer con los animales? No podían ponerlos en libertad, pues seguían portando enfermedades víricas. Además, tras décadas de cautiverio, no sobrevivirían en lo salvaje. La decisión fue trasladarlos a las ahora conocidas como ‘Monkey Island’, seis islas en los ríos atlánticos de Farmington y Little Bassa. Durante diez años, la institución que anteriormente experimentaba con los animales continuó financiando el cuidado de los animales, pero el grave brote del Ébola en 2015 llevó a la decisión de terminar con la financiación de Monkey Island, destinando los recursos a combatir la epidemia.

Negándose a dejar morir de hambre a los chimpancés, Thomas y otros cuidadores iniciaron una búsqueda de donaciones (aunque fuese no más que una cesta de cocos). Y encontraron su salvación en la ONG Humane Society International, que destina unos 500.000 dólares anuales a la Isla. En 2017,  y en respuesta a la controversia, el New York Blood Center se comprometió a pagar 6 millones de dólares a la ONG, que ahora se encarga de procurar el cuidado, la alimentación médica y la alimentación de los animales.

Joseph Thomas, una vida consagrada a los chimpancés

La rareza de este caso (un santuario habitado por animales infectados) y la desinformación ha llevado a convertir Monkey Island en una especie de lugar de leyenda. El apenas tendencioso medio ‘The Sun’ llegó a describirla como «un grupo de ‘chimpancés monstruos’ viven en una isla que parece un cruce entre El Planeta de los Simios y Resident Evil’.

Thomas, que ha dedicado su vida al cuidado de estos animales, y ha visto nacer y madurar a muchos de ellos, desmitifica esta improvisada película de terror. Pero también deja bien claro que esto no es una especie de zoo, y advierte del peligro al que muchos turistas irresponsables se arriesgan cuando se acercan a la isla en sus botes. No dejan de ser animales salvajes, y atacarán si se sienten amenazados.

Pero para Thomas, esta colonia de primates es su familia. «Estaré haciendo esto hasta que se mueran, o me muera yo.»

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