Hoy en día es muy difícil encontrar paz y tranquilidad en medio de las grandes ciudades, en medio del caos, los edificios, el tráfico, el exceso de trabajo, las condiciones climáticas, en fin, es imposible respirar aire fresco. Es por ello, que muchos pueblos o lugares aledaños se han enfocado en convertirse en auténticos retiros para las personas que quieran alejarse un poco de su realidad o cotidianeidad.
Giethoorn es un pueblo en la provincia de Overijssel, al noroeste de los Países Bajos, en el que prácticamente no hay automóviles, no hay manera que se desplacen por carreteras porque tampoco hay. En su lugar, los locales y visitantes se trasladan en bicicleta, bote o caminando.
ruzanna / ISTOCK
El pequeño pueblo está conformado por pequeñas islas conectadas entre sí por puentes. Realmente no hay mucho por hacer o actividades turísticas, sin embargo, es el lugar perfecto para sumergirse en la soledad y tranquilidad de sus canales.
A los residentes no parece importarles que Giethoorn no tenga carreteras, pues así ha sido por sus más de 800 años de historia. Con una población de poco más de 2,800 personas y atravesada por 55 millas de vías fluviales y 176 puentes pare peatones y ciclistas, la pequeña ciudad ofrece una atmósfera perfecta para una vida apartada de la sociedad cosmopolita.
wildart / ISTOCK
Muchos han comenzado a llamarlo «la Venecia holandesa» y con justa razón, pues aunque el paisaje es completamente diferente, la sensación es parecida, además de las increíbles góndolas que están presentes.
Actualmente, como es temporada invernal lo más probable es que esos canales estén congelados, por lo que en lugar de que los habitantes los recorran en bote, lo hacen en patines de hielo o trineos.
Giethoorn tiene sus orígenes en un asentamiento de excavadores de turba, causando que multitud de lagos y charcos se originaran y eso dio paso a que la gente construyera sus casas en las islas que se iban formando.
VV-pics / ISTOCK
Sobre su arquitectura podemos decir que es clásica de campo, la mayoría de las casas tienen techo de paja, también hay pequeños museos dedicados a la vida marina, a los fósiles y a la ciudad.
Para llegar es necesario viajar en tren y autobús, ya que está a 75 millas de Ámsterdam. También es recomendable que lleguen entre los meses de abril, mayo, junio o septiembre.
