No es la primera vez que un artista de la calle nos sorprende. El pasado 24 de septiembre, una mujer sin hogar estaba cantando justo al lado del andén de una estación de metro de Los Ángeles, Estados Unidos. Concretamente, la estación de Wilshire/Normandie. Emily Zamourka, que así se llama la mujer, interpretaba un aria de Puccini, «O mio babbino caro», cuando un policía de Los Ángeles que estaba patrullando la estación la grabó.
Una semana más tarde, Emily ya contaba con más de 50.000 dólares para dejar de vivir en la calle gracias a una cuenta de crowdfunding que habían creado en su honor.
Un ciudadano conmovido por la interpretación de Emily había creado una petición en GoFundMe para que quienes la escucharan cantar le donasen dinero. Gracias a las donaciones de los vecinos de Los Ángeles y otras personas que la vieron cantar en un vídeo de Youtube, ya cuenta con dinero suficiente para pagar sus gastos por el momento.
Según la propia Zamourka comentó al canal estadounidense ABC7 que antes se ganaba la vida tocando el violín en la calle. Desgraciadamente, hace tres años se lo robaron y desde entonces ha tenido que pedir dinero en las calles de los Ángeles. De esta manera, conseguía dinero para pagar sus facturas médicas y otros gastos.
Afortunadamente, gracias a la difusión de su vídeo cantando, la mujer ha conseguido una oportunidad para volver a dedicarse a la música y poder pagar al mismo tiempo sus facturas, el alquiler de una vivienda y el resto de sus necesidades.
El vídeo y las entrevistas que ha concedido a diferentes medios han conseguido más de un millón de visualizaciones en total. Además, su campaña de crowdfunding continúa sumando. Su talento es increíble, teniendo en cuenta que jamás ha recibido ninguna formación vocal formal, aunque sí ha estudiado piano y violín.
A Emily le ha sorprendido tener tanta repercusión social, no se esperaba en absoluto recibir tanta atención en base a un vídeo, pero también se muestra agradecida porque la gente esté ayudándole a mejorar su situación económica y, en general, su vida. Al final, lo que más feliz hace a Emily es que ahora podrá regresar a la música y continuar estudiando e interpretando.