Las cosas son o no son. Simple, ¿verdad? Aunque a veces, hay cosas que no son lo que parecen o que parecen lo que no son, ¿verdad? Hoy nos hemos encontrado con dos fotografías que parecen la misma. Pero… ¿tú crees que estas dos fotos son iguales?
Pues.. ¡sí! Ambas son exactamente la misma foto, ambos lados son iguales, píxel por píxel, simplemente están colocadas una al lado de la otra. Pero, ¿por qué nos parece que sean diferentes o que, al menos, tengan un ángulo diferente si en realidad son la misma foto?
La percepción de nuestro cerebro
«Ser o no ser, esa es la cuestión», diria Hamlet si le enseñáramos estas fotografías. Pero la cuestión es que todo tiene una respuesta que está en nuestro cerebro y tiene que ver con la percepción.
Al ver las imágenes nos da la sensación de que una de ellas tiene un ángulo diferente, ¿verdad? Esto sucede porque en ambas fotografías las «dos calles» se unen en la parte inferior de la imagen. Por eso, nuestro cerebro intenta percibirlo como si hubiera una bifurcación en el camino. Y eso es lo que provoca la sensación de que la imagen de la izquierda debe estar en un ángulo diferente al de la imagen de la derecha.
En realiadd, lo que sucede con estas imágenes idénticas es que nuestro cebrero trata de reconstruir la tercera dimensión en base a la perspectiva y acaba provocando una ilusión óptica. Es decir, nuestro cerebro, en lugar de simplemente decirnos lo que nuestros ojos ven, hace sus truquitos «de magia» para interpretar ambas imágenes y convertirlas en una representación del mundo. Por eso, nos parece que son diferentes cuando en realidad son exactamente la misma foto.
El autor de esta ilusión óptica conocida como Roads in Mexico (calles de México) es el artista francés Daniel Picon.
