Bienvenidos al futuro: No puedes tocar música de Bach en Facebook porque aparentemente Sony tiene los derechos

Publicado 24 junio, 2019 por Vanessa P.
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James Rhodes es un pianista británico conocido en los últimos años, además de por su música, por escribir libros narrando sus vivencias. Además, también colabora en diferentes medios de comunicación en España. Rhodes cuenta con un gran número de seguidores en todas sus redes sociales, y en ocasiones comparte vídeos tocando obras de música clásica… Cuando Sony se lo permite.

En una de esas ocasiones, James Rhodes interpretó a Bach para sus seguidores de Facebook, pero el fragmento no estuvo mucho tiempo en la red. El sistema de filtrado de derechos de autor de la red social lo detectó y lo acusó de infringir los derechos de autor. Aparentemente, Sony Global Musical era el dueño de los 47 segundos que duraba esa interpretación. No sabemos qué opinaría Bach de ello, sabiendo que no está con nosotros desde hace alrededor de 300 años.

James Rhodes intentó rebatir y reclamar a Sony Music el hecho de que censuraran su vídeo. Sony rechazó la reclamación.

Según Rhodes, Sony, discográfica de grandes pianistas como Glenn Gould, está aprovechando continuamente su peso en el mundo de la música. Al ser una multinacional, puede actuar con impunidad y no presionar a los creadores del algoritmo para mejorarlo. A pesar de las reclamaciones de James Rhodes, Sony se mantuvo en silencio.

La aprobación del artículo 13 en la UE

El pasado 26 de marzo se aprobó el artículo 13 y se incluyó con la nueva Directiva de derechos de autor. Según este artículo, cualquier persona que suba un contenido que pueda tener derechos de autor debe superar un algoritmo antes de que se muestre su contenido en Internet. El contenido puede ser vídeos, imágenes, audio o códigos.

Este algoritmo de cumplimiento de derechos de autor compara el contenido que la persona quiere mostrar con todos los trabajos con derechos de autor. Si aparecen coincidencias, lo censura. Nunca se había construido algo semejante, con la excepción del filtro de contenido de Youtube. El filtro de Youtube es un sistema odiado universalmente por los creadores de contenido.

El profesor de música alemán Ulrich Kaiser publicó también una investigación sobre la censura automatizada de la música clásica. Con ella, llegó a la conclusión de que era casi imposible publicar algo de compositores como Wagner, Puccini o Schubert.  Al hacerlo, las empresas habían reclamado sus los derechos de autor y habían denunciado la publicación como fraudulenta.

Un mayor control sobre la información que circula en la red

A pesar de todo el revuelo que se formó en el pasado medio año para evitar que se pusiera en marcha esta norma, con plataformas como Save your Internet, el artículo fue aprobado. La principal preocupación que existía en su momento en torno a esta censura era que Internet pasara a ser un lugar demasiado controlado, restringido y menos creativo.

Además, también existía la preocupación de que las grandes plataformas aumentaran su poder sobre la red. Al fin y al cabo, solo ellas pueden permitirse crear y utilizar este tipo de filtros de contenido.

Internet parece no haber muerto, pero… ¿Hasta qué punto es positivo que un algoritmo que actúa sin ningún tipo de conciencia o responsabilidad regule nuestras comunicaciones públicas?

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