El anciano que ganó una carrera de 1760Km «haciendo trampas», tras recorrer otros 1000Km desde su casa

Publicado 12 noviembre, 2020 por Alberto Díaz - Pinto
Gustaf-Hakansson
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En 1933, Gustaf Håkansson tuvo una pelea con su barbero y jamás se volvió a afeitar, haciéndonos ver que se trataba de un hombre tozudo. Cuando se colocó al inicio de la carrera ciclista más dura de Suecia (18 años después, en 1951), lucía una exuberante barba blanca, que ya le hubiera gustado tener al mismísimo San Nicolás.

Aunque viajó en bicicleta por toda Suecia durante décadas, nadie esperaba que, a sus 66 años, Håkansson se convirtiera en un campeón del ciclismo. Y más aún cuando los organizadores del evento deportivo rechazaron su inscripción, pues las plazas estaban limitadas a deportistas de élite menores de 40 años. Para los organizadores, aquel abuelo barbudo era demasiado viejo y frágil para enfrentarse a la carrera de Sverigeloppet.

Sin embargo, la tozudez de Håkansson le llevó a colocarse un número cero en el pecho y empezar la carrera. Esto fue lo que ocurrió:

A los 66 años, Gustaf Håkansson ganó una carrera ciclista de 1,760 km sin apenas dormir y sin permiso para participar oficialmente «por ser demasiado viejo»

Después de recorrer nada menos que casi 1.000 Km en bicicleta desde su casa hasta la línea de salida, Gustaf pensó que los organizadores le dejarían participar, pero no fue así. Sin embargo, allí estaba con su bicicleta roadster con guardabarros, un faro y 2 alforjas, dispuesto a afrontar el reto.

Debido al volumen de corredores, Gustaf cruzó la línea de salida unos 20 segundos después de que comenzara la carrera. Además, se puso un babero con el número 0, probablemente para indicar a los oficiales que no estaba bromeando y que, de hecho, esperaba ser tratado como un participante más.

Cinco días, cinco horas y 1.600 Km después, los espectadores que esperaban cubrir al ganador con la gloria eterna, al fin vieron una figura en la lejanía doblando la última curva. Entre vítores, fueron a felicitarlo y ofrecerle comida y agua. Sin embargo, la esperanza de abrazar a un hombre atlético de entre 20 o 30 años pronto se esfumó. La multitud que recibió a Håkansson estaba comprensiblemente perpleja, al ver a un frágil anciano tambalearse sobre la línea en un viejo roadster oxidado con un neumático pinchado y sacándole un día completo de ventaja al siguiente corredor.

A partir de ese momento, Håkansson fue bautizado por la multitud y los periódicos como Stålfarfar, que en inglés viene a ser Steel Grandpa y, en español, el «abuelo de acero».

¿Ganador de facto o tramposo?

Gustaf Håkansson steell grandpa

Foto del periódico sueco Norrlandsbild, cortesía del museo Sundvalls museum.

La verdad es que Håkansson hizo trampa. Bueno, en realidad no hizo trampa, ya que no era un competidor oficial, pero descuidó una regla que los demás se vieron obligados a seguir: dormir.

Gustaf, sin embargo, apenas durmió aquellos días. Como parte de las regulaciones de la carrera, se esperaba que los competidores se reunieran y se detuvieran en un punto de control al final del día, para recargar y reiniciar a la mañana siguiente.

En cambio, Gustaf se tomó poco más de una hora para descansar, antes de partir nuevamente en mitad de la noche. El tiempo le permitió compensar los 16 km que llevaba de retraso para poner, después de 500 km, una brecha de 32 km entre él y el resto del grupo.

Un ídolo nacional de masas

bicicleta de stell grandpa

Foto del periódico sueco Norrlandsbild, cortesía del museo Sundvalls

Gustaf estaba ganando y sus esfuerzos se estaban haciendo públicos en los medios. Por ello quizá la carrera terminó perdiendo el interés inicial, ya que la gente estaba más fascinada sobre si Gustaf en algún momento se derrumbaría o moriría por el camino. Gustaf se convirtió en el centro de atención nacional.

Finalmente, cuando solo le quedaban 700 metros más o menos, el «Abuelo de Acero» (como ya se le conocía en los pueblos por los que había pasado) se detuvo abruptamente: la bicicleta del anciano había sufrido su primer y único pinchazo.

Sin inmutarse, Gustaf desmontó y se encaminó hacia la línea de meta donde, con solo unos metros para el final, volvió a montar para cruzar la línea: el 7 de julio de 1951 a las 14:15 horas.

Stell grandpa firmando autógrafos

Foto del periódico sueco Norrlandsbild, cortesía del museo Sundvalls

A pesar de la victoria, aunque no oficial, una audiencia posterior con el rey de Suecia y, en general, una lluvia de fama y honor, la mayor satisfacción de Gustaf provino de demostrar que los médicos estaban equivocados. Ellos se pensaban que estaría mejor en una mecedora que sobre una bicicleta.

El Steel Grandpa, o Abuelo de Acero, continuó montando bicicletas hasta su muerte, en 1987, a la edad de 102 años. Si este dato no es una prueba de los beneficios saludables sobre andar en bicicleta, entonces no sabemos qué es.

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