A veces, la convivencia no es fácil y mucho más cuando compartes piso con alguien ajeno a tu familia, cuyos hábitos y principios del hogar distan considerablemente de los tuyos. Después de todo, aunque también se produzcan roces en el ámbito familiar, todo suele perdonarse más fácilmente y caer en el olvido por ambas partes.
Sin embargo, al compartir piso con alguien ajeno al núcleo familiar en el hemos estado acostumbrados a vivir la mayor parte de nuestra vida, estos roces adquieren un matiz más turbio. Si habéis estado conviviendo en estas circunstancias en alguna ocasión, seguro que sabéis a lo que me refiero.
Siempre se dice que, si surgen problemas, lo más recomendable es recurrir al diálogo. Después de que todos los motivos hayan quedado expuestos y ambas partes hayan narrado sus versiones, solo queda llegar a un acuerdo mutuo, con el único fin de hacer la convivencia lo más armoniosa posible. No obstante, si el problema persiste, igual nos vemos obligados a recurrir a otro tipo de artimañas, como hizo el protagonista de este artículo, quien, harto de que su compañero de piso se comiera su comida a pesar de la decena de advertencias previas, decidió vengarse de esta hilarante manera:
Si queréis vengaros de alguien que la tiene tomada con vuestra comida, ya sabéis lo que dicen: la venganza es un plato que se sirve frío.
Vía: fishki
Este artículo fue modificado el 7 julio, 2019 12:09 pm