Con la llegada del s. XXI, también lo hizo la tecnología GPS, la cual evoluciona a pasos agigantados, con la que hoy podemos consultar un mapa de cualquier parte del mundo desde nuestro teléfono. Sin embargo, esto ha hecho que el arte de fabricar globos terráqueos haya caído en picado.
Únicamente quedan dos talleres en el mundo especializados en la fabricación de globos terráqueos artesanales. Hoy os mostraremos cómo es este apasionante trabajo, entrando en los talleres de Bellerby & Co. Globemakers, situados en Stoke Newington, Londres.
Fundado por Peter Bellerby en 2008, este taller artesanal surgió cuando Bellerby quiso regalarle a su padre un globo terráqueo de calidad por su 80º cumpleaños. Las únicas opciones disponibles eran comprar uno moderno, fabricado con materiales baratos, o uno antiguo, frágil y por un precio desorbitado. De este modo, Bellerby decidió construir el suyo propio. El proceso resultó ser más complicado, costoso e trabajoso de lo que pensó, por lo que al final pensó en crear su propio estudio de fabricación de globos terráqueos.
Gracias a su iniciativa, actualmente tenemos la posibilidad de adquirir un producto de gran calidad que dábamos prácticamente por perdido. Tanto para la creación del soporte, la pintura o el mapeado, el equipo utiliza técnicas de fabricación tradicionales y modernas. Así es cómo lo hacen:
Aquí podemos ver a la artesana sombreando las líneas costeras de un globo terráqueo de 50 cm de diámetro.
«Me costó mucho tiempo hacer uno perfectamente equilibrado, y dos años hasta reproducir uno que se pudiese vender».
«Después de terminarlo, me siento a admirar lo que tanto tiempo me costó acabar, sintiéndome lleno de orgullo.»
Jon añadiendo detalles a un globo terráqueo de 80 cm.
«Tenemos que hacer múltiples juegos de tiras con los mismos colores, en caso de que el papel húmedo se raje mientras se estira, para poder reemplazarla por otra tira que encaje perfectamente.»
«A todos nos encanta lo que hacemos y por eso venimos contentos al trabajo. Creo que muy poca gente podría decir que este es su trabajo, por lo que nos sentimos bastante afortunados».
Hay que re-entrenar el cuerpo al igual que en el tai-chi, para ganar un gran control y precisión con todo lo que hacemos.
Un globo terráqueo de 80 cm en proceso. Las tiras que componen el hemisferio norte deben estar perfectamente colocadas antes de empezar con el hemisferio sur.
«Intentamos que nuestros globos sean estéticamente bonitos, cosa que nunca ocurriría si imprimiésemos los colores. La profundidad adquirida añadiendo una capa de pigmentos tras otra, solo se consigue con este proceso tan trabajoso, pero que merece mucho la pena.»
«Hemos desarrollado un sistema de cojinetes de rodillos y tenemos a una serie de personas haciéndonos diseños. Grenville Herrald diseñó la curva y está fabricada por técnicos de Aston Martin.
Tras fabricar la esfera, el siguiente paso es medir las distancias y dónde recae el peso. Todos los globos están equilibrados para que giren perfectamente.
«Usamos Google Maps en nuestros móviles diariamente, ya que los mapas con los que trabajamos son completamente distintos.»
Durante la 2ª Guerra Mundial, Churchill y Roosevelt se presentaron con 2 globos de 127 cm, convirtiéndose en un símbolo de amistad entre las dos naciones. Desde entonces simbolizan a sus dueños, dos importantes figuras de la historia. Nuestro globo Churchill está modelado de la forma más parecida al original, en términos de apariencia y tamaño, para el que combinamos las técnicas clásicas con la tecnología y durabilidad de la construcción moderna. Tenemos planeado hacer solo 40, uno cada año.
El Churchill tiene 127 cm, mientras que el mini globo de escritorio solo 23 cm.
Si queréis más información o incluso adquirir algunos de sus productos, podéis poneros en contacto con ellos a través de su página web.
Fuente: boredpanda