La cerveza es una de las bebidas alcohólicas de baja graduación más populares en todo el mundo. Sus orígenes se pierden en el tiempo, pero esto no ha sido problema para que se organice toda una cultura alrededor de esta bebida.
Existen cervezas de todo tipo. De trigo, de cebada, de malta, rubias, negras, etc… Sea cual sea su composición, todas tienen una cosa en común, tarde o temprano acaban tranformándose en lo mismo, orina. Bien, pues el ser humano ha dado el siguiente paso ilógico en la evolución de la cerveza. Este paso es, ni más ni menos, que reutilizar el pis humano para elaborar una cerveza.
La marca danesa Norrebro Bryghus es la que se ha embarcado en este llamativo y arriesgado proyecto. Han creado la cerveza Pisner y, aunque el pis no es uno de sus ingredientes principales, si ha jugado un papel necesario en su elaboración.
Hace un par de años los daneses iniciaron una campaña para recoger la orina de los miles de asistentes al festival de música Rokside. Con unos ingeniosos carteles colocados en los urinarios, la marca acabó recogiendo más de 50.000 litros de pis. La orina fue utilizada más tarde para regar y fertilizar unos campos de cebada. Poco después, la cebada fue convertida en la cerveza que hoy nos ocupa.
Entre risas y bromas esta bebida es hoy un realidad. De aquellos 50.000 litros de orina se han producido 60.000 botellas de Pisner, con un logo bastante descriptivo impreso en ellas. El proyecto ha sido incluso premiado por las autoridades de Dinamarca como una gran iniciativa de reciclaje.
No sabemos si Pisner saldrá a la venta más allá de las fronteras danesas. Lo que si podemos asegurar es que jamás volveremos a decir «esta cerveza sabe a pis» sin esbozar una pequeña sonrisa al acordarnos de Pisner.
