Una enfermera de Brighton, Massachusetts, adoptó a la que ahora es su hija después de que ésta estuviera en la unidad de cuidados intensivos por ser un bebé prematuro. Durante los cinco meses que estuvo el bebé en el hospital, nadie le visitó. Gisele, que ahora tiene dos años, le alegra a Liz Smith, que comparte su historia en sus redes sociales con el resto del mundo.
Gisele había llegado al hospital hacía cinco meses, y se había quedado allí. Era una niña que había sido bebé prematuro y había nacido en julio de 2016 en otro hospital. Además, sufría Síndrome de Abstinencia Neonatal.
El Síndrome de Abstinencia Neonatal es una condición que sufren los bebés cuyas madres consumieron ciertas drogas durante el embarazo, como los opioides o las drogas con receta.
El Estado retiró la custodia de Gisele a la madre cuando tenía tres meses. Gisele se trasladó al hospital Franciscan Children´s y allí le ofrecieron un tratamiento especializado para sus pulmones de bebé prematuro. Además, el bebé también había desarrollado una aversión a los alimentos, y era reacio a comer. En el hospital, le alimentaron a través de un tubo, pero seguía estando subdesarrollada.
Para conseguir tener un desarrollo normal, Gisele necesitaba salir del hospital. Desafortunadamente, nadie había ido a visitarla en los cinco meses que había estado allí, y ninguna familia de las que acudió al hospital se paró a verla. Los trabajadores sociales habían intentado colocarla en un hogar de acogida, pero no tuvieron éxito.
Liz, que siempre había querido ser madre, decidió mientras conducía hacia su casa que adoptaría a Gisele. Ella había intentado quedarse embarazada sola y tras varios intentos no lo había conseguido. Cuando vio a Gisele, sintió la conexión y la necesidad de mantenerla a salvo.
Una vez tomó la decisión, Liz Smith rápidamente presentó la solicitud para criar a la niña, y la visitaba cada día después del trabajo. Smith quería sacarla del hospital rápidamente y hacer que prosperara. Tres semanas después, Gisele estaba bajo su custodia, aunque el Estado haría todo lo posible para reunirla con sus padres biológicos.
Después de esta noticia, los compañeros de trabajo de Liz le hicieron una fiesta de bienvenida al bebé, a pesar de que la custodia no era permanente.
Durante un tiempo, los padres biológicos de Gisele tuvieron derecho a visitarla cada semana de manera supervisada, pero al final se determinó que no podían encargarse de un bebé y se cancelaron sus derechos parentales. Ningún otro miembro de la familia podía cuidar a Gisele.
Bajo los cuidados de Liz, Gisele empezó a desarrollarse como una niña normal. Con 15 meses ya sabía caminar y decir varias palabras. Finalmente, Liz Smith pudo firmar los documentos de adopción y Gisele pasó a ser legalmente su hija. Esto le produjo un alivio y una estabilidad hasta entonces desconocidos para ella.
Gisele continuó necesitando un tubo para alimentarse tras la adopción, pero cada día gana en salud. Es una niña llena de energía y que vive rodeada de cariño.
Este artículo fue modificado el 3 octubre, 2019 8:06 pm