Una familia convierte una iglesia en su hogar, el resultado es tan bueno que me mudaría sin pensarlo

El hombre ha construido miles de edificios emblemáticos a lo largo de la historia, en ocasiones más de los que necesitaba.

Cuando una propiedad antigua cae en desuso, comienzan los problemas pues estos edificios centenarios se deterioran rápidamente si no reciben los cuidados oportunos.

No cumpliendo con la utilidad para la que fue diseñada, esta antigua iglesia sueca era un gasto muy alto para la congregación religiosa que la mantenía.

Viéndose obligada a abandonarla, la estructura, obras de arte, pinturas en fresco y espacios se hubieran visto comprometidos, siendo rápidamente destruidos por el tiempo y la humedad.

Afortunadamente para el edificio y el patrimonio cultural sueco, una familia de mecenas se ofreció a comprar el edificio y convertirlo en su futura vivienda. Descúbrela con nosotros.

Esta es la iglesia vista desde el exterior.

Aquí puedes ver una foto del interior antes de ser comprada por la familia. El altar, así como el púlpito fueron retirados por la congregación religiosa.

La congregación religiosa aceptó la oferta a condición de que se conservaran la fachada, la planta del edificio, las obras de arte y otros motivos religiosos.

La nave central se ha utilizado como salón comedor.

Un espacio diafano, abierto y bien iluminado.

En la zona del altar se ha instalado una espaciosa cocina de corte clásico.

La familia optó por una isleta central para presidir la cocina y separar los espacios sin tener que instalar ningún tipo de puerta.

Obviamente la cocina está equipada con modernos electrodomésticos.

Junto a la cocina y para no modificar la estructura original, se ha colocado el dormitorio.

El baño ha quedado precioso al fusionar los elementos clásicos con el acero y el cristal de la ducha.

El salón es una bonita mezcla de estilos con un resultado muy acogedor.

Una práctica librería de color blanco ayuda a separar el salón del recibidor.

Las iglesias resultan espacios encantadores para convertirse en acogedoras viviendas llenas de historias que contar.

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Fuente: Klyker.com