El matrimonio danés formado por Henry Graham y Anne Uth tiene tres hijos, llamados Valdemar, Rebecca y Marius. Los dos últimos son mellizos y nacieron nueve semanas antes de los previsto en el Hvidovre Hospital de Copenhague, por lo que tuvieron que pasar un tiempo en la incubadora.
Ankh Shem, el doctor a cargo del cuidado de los mellizos, decidió que lo mejor para ellos sería practicar el método canguro, es decir, contacto piel con piel. Se trata un procedimiento que consiste en proporcionar contacto físico directo a los bebés con su madre y su padre.
Aunque suele ser la madre quien pone en práctica este método, por otra gran cantidad de motivos como ya hemos visto, en este caso fueron Henry y Valdemar, el hermano mayor de los mellizos, los encargados de ponerse a los bebés sobre el pecho:
A pesar de que hace ya más de 8 años de aquella tierna escena, la imagen no ha parado de compartirse en todo este tiempo. Y es que páginas y blogs especializados en el tema, publicaciones médicas, profesionales de maternidad e incluso los propios padres avalan los increíbles resultados de este método.
Según explicó la agencia NINO Birth, el profesor sueco Uwe Eward fue al hospital Hvidovre para hablar sobre esta práctica y los beneficios que puede reportar en la salud de los bebés:
«Se trata de un procedimiento en el que se intenta proporcionar calor humano a los bebés prematuros por contacto de piel con piel. Esta técnica ayuda a regular la temperatura del cuerpo mucho mejor que una incubadora y les ayuda a respirar mejor, a que se tranquilicen más rápidamente y, por tanto, les ayuda a subir de peso».
Pero hay más. La Dra. Constanza Soto Conti, médica de planta del Hospital Materno Infantil argentino Ramón Sardá, corrobora los beneficios de este ritual tajantemente, incluso cuando los bebés no son prematuros:
«El contacto piel a piel entre la madre y su hijo estabiliza la respiración y la oxigenación del bebé, mantiene sus niveles de glucemia, estabiliza la presión arterial, reduce las hormonas del estrés, disminuye el llanto, incrementa el estado de alerta tranquila, promueve el inicio precoz de la lactancia materna y mantiene la temperatura, reduciendo el riesgo de hipotermia».
Hoy los mellizos son unos niños preciosos y sanos, cuyo hermano mayor debe sentirse orgulloso por haberles ayudado de este modo en sus primeros momentos de vida.
