Una madre echa de casa a su hijo por ser gay y el abuelo la pone en su lugar

Publicado 25 julio, 2019 por Elena
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En esta historia tenemos a Chad, un chico con una madre que no le acepta, pero con el mejor abuelo del mundo. Es una historia que probablemente ponga sentimental a más de uno y haga que se os escape alguna lagrimita.

Todo comienza cuando la madre de Chad decide echarle de casa simplemente por ser gay. ¿Sus razones? Que eso es lo que «Jesús habría querido» y un montón de excusas más de corte religioso para justificar su homofobia contra su propio hijo. Afortunadamente, su abuelo le acogió. Pero no quedó ahí. Este hombre le mandó una carta a su hija, la madre de Chad.

En la carta, el abuelo de Chad no se ha callado nada y le ha dejado las cosas bien claras a su hija. Esta es la carta que le envió usando las mismas palabras que utilizó la madre de Chad cuando le echó de casa.

carta

Y dice así:

«Querida Christine: me has decepcionado como hija. Tienes razón en que tenemos una «vergüenza en la familia», pero estás equivocada acerca de quién es.

Echar a Chad de casa simplemente porque te dijo que es gay es la verdadera «abominación» aquí. Un padre repudiando a su hijo es lo que va «en contra de la naturaleza».

Lo único inteligente que te he escuchado decir de todo esto es que «tú no educaste a tu hijo para ser gay». Por supuesto que no lo hiciste. Él nació así y no lo eligió, así como no eligió ser zurdo. Tú, sin embargo, has tomado la decisión de ser hiriente, estrecha de mente y retrógrada. Así que, mientras estamos repudiando a nuestros hijos, aprovecho este momento para decirte adiós. Ahora tengo un nieto fabuloso que criar y no tengo tiempo para una hija sin corazón.

Si encuentras tu corazón, llámanos.»

Así es como deberían reaccionar los demás cuando en su entorno alguien rechaza a otra persona por su orientación sexual o su identidad de género. Si callamos, si no apoyamos a la víctima, apoyamos el abuso que ejercen los demás. Hay que levantarse contra las injusticias y defender a quienes las sufren.
Desde luego, este abuelo no tenía ninguna duda sobre su posición al respecto. La familia puede ser tan tóxica y dañina como cualquier otra relación y hay que saber cortar por lo sano las relaciones que nos hacen daño.

Para Chad, el hecho de que su propia madre le eche de casa, podría haber supuesto un tremendo trauma. Por suerte, todo ha terminado mejor de lo que podría haber pensado: ahora vive con alguien que le acepta y le quiere tal y como es, le defiende y se preocupa por él. Esto sí es lo que Jesús habría hecho.

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