Una profesora cuenta en Twitter una historia sobre maltrato infantil y conmociona internet 

Publicado 8 mayo, 2017 por admin
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Navegando por Internet me he topado con la historia de Cronopia, una profesora catalana que ha tenido que ver con gran impotencia como una de sus alumnas era maltratada y menospreciada sin remedio. 

Lo peor de todo es que como profesora, no solo hizo seguimiento del caso, sino que reportó este maltrato hasta en tres ocasiones sin que la administración hiciera nada. Motivos culturales, alegaron. 

En mi humilde opinión, ninguna cultura o religión debe estar por encima de la integridad de las personas, el respeto de los derechos humanos y, en especial, de los derechos del niño. La realidad es otra y para ello hacemos leyes, establecemos protocolos de actuación, formamos profesionales y establecemos ayudas. Todo ello para proteger a quien lo necesita cuando lo necesita. No puede ser que después de tanto trabajo el sistema falle flagrantemente y la vida de una niña quede arruinada para siempre. Algo hay que hacer, no digo que sea fácil, pero juntos lograremos que historias como esta dejen de repetirse.  

Una terrible injusticia

La historia, que no podría ser más triste e injusta, ha generado múltiples comentarios en Twitter cuestionando los límites de la educación de los padres

Y sobre todo la escasa eficacia de las leyes de protección del menor ante sus progenitores, sean estos nacionales o inmigrantes

Y lo peor de todo, es que este tipo de problemas son más habituales de lo que creemos

Aunque en este caso en particular se trate de una niña inmigrante, como trabajador social puedo decir que no es una cuestión exclusivamente cultural. Desgraciadamente también existen casos en los que padres y madres nacionales discriminan a sus hijos por razones de sexo y/u orientación sexual. Esto no es un debate de que tipo de padre o cultura es mejor o peor, es un debate sobre la protección de los niños y sus derechos. 

Desde La Voz del Muro queremos felicitar a Cronopia por su impecable actuación, preocupación y profesionalidad. También queremos mandarle nuestro apoyo, pues imaginamos la impotencia y frustración que ha debido sentir. Os pido la máxima difusión para su historia, ojalá no vuelva a repetirse. 

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