Viajar en avión siempre es agotador, hay que hacer largas filas para pasar por seguridad, luego para abordar el avión; también hay que caminar largas distancias a través del aeropuerto. Y hacerlo con niños pequeños lo vuelve mucho más complicado.
Los niños suelen aburrirse fácilmente si tienen que permanecer sentados, muy quietos y en silencio durante varias horas; también quieren andar corriendo y jugando mientras los adultos hacen las interminables filas. Los niños solo quieren que la experiencia aburrida termine pronto, pero mientras tanto se pondrán de mal humor.
Una joven madre de Estados Unidos aprendió de la manera difícil que viajar sola con dos niños pequeños no es la mejor idea.
Becca Kinsey de 31 años, vive en Dallas, Texas, y durante los festejos navideños decidió llevar a sus hijos, James, de 5 años y Wyatt de 2 a Disneyworld, en Orlando, Florida. El vuelo dura cerca de 3 horas, más los tiempos de espera en el aeropuerto; y aunque parece poco tiempo, en realidad puede convertirse en una eternidad si el momento se complica.
Becca estuvo varias veces al borde del llanto pero cada vez, un amable extraño se acercaba y le ofrecía su ayuda. La mujer compartió su experiencia en su cuenta de Facebook a principios de diciembre y la historia se volvió viral.
En tres ocasiones, Becca recibió la ayuda de tres amables mujeres, quienes comprendieron por lo que la joven madre estaba pasando y no pensaron dos veces en darle un poco de apoyo y así facilitarle el viaje.
De acuerdo con lo que Kinsey narró; ella creyó que sería buena llevar de viaje a sus hijos sin su esposo Blake; pero no estaba preparada para el comportamiento que llegarían a tener sus pequeños.
El primer acto generoso sucedió en la fila de seguridad, cuando su hijo más pequeño estaba gritando y el mayor se encontraba agotado. Inesperadamente, otra madre detiene la fila y le dice: «¡Aquí, salta frente a mí! ¡Sé cómo es!». Becca estaba muy conmovida y agradecida por este acto de bondad y no se imaginaba que solo sería el primero de ese día.
Luego de un rato, Wyatt se calmó, dejó de llorar y se durmió. La madre ahora estaba cargando a su hijo y todo el equipaje cuando de la nada, otra madre aparece y se ofrece a cargar sus maletas para que ella solo se enfoque en su hijo. «Dame todo, lo tengo» dijo la mujer.
Becca estaba muy agradecida con ambas mujeres y cuando se los hizo saber, respondieron que se asegurarían de que ella y sus hijos se subieran a ese avión.
La segunda mujer no solo la ayudó a cargar su equipaje a través de seguridad, también la acompañó hasta la puerta de embarque y realmente se aseguró de que Becca tomara el vuelo con sus hijos y todo su equipaje.
Cuando la joven madre creyó que todo había terminado, un problema surgió de nuevo. Luego del despegue, Wyatt se despertó y comenzó a llorar y gritar de nuevo. Tal vez el pequeño de dos años se asustó pero afortunadamente se calmó pronto y volvió a dormir. Poco tiempo después, ocurrió el tercer acto bondadoso.
«Después de aproximadamente 45 minutos, este ángel viene a la parte de atrás y dice: ‘Parece que necesitas un descanso’ y sostiene a Wyatt por el resto del vuelo», explico Becca.
Y por si fuera poco, la tercer mujer también la acompañó a recoger el equipaje y hasta el lugar donde estaba Blake, el padre de los niños, esperando a su familia. La desconocida entrega a Wyatt a los brazos de su padre, abraza a Becca y les desea a todos Feliz Navidad.
Becca estuvo tan agradecida por estos sencillos pero importantes actos de generosidad que no dudó en compartir su historia. Y debido a que su publicación se hizo viral, Becca quiso aprovechar para animar a las personas a que donen al programa Kidd’s Kids y así esparcir la generosidad. Este programa ayuda a niños que viven en condiciones difíciles y los lleva 5 días a Disneyworld para que olviden por un momento sus problemas.
