Nadie duda que los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero no es menos cierto que las preocupaciones van cambiando con el tiempo.
Situaciones que ahora nos parecen extremadamente peligrosas eran antes el pan de cada día, y es que los estudios, los avances y las campañas de concienciación han cambiado mucho la forma de criar a nuestros niños.
Muchos dicen que se vivía mejor antes, pero la realidad -y la estadística- demuestra que la mortalidad infantil ha descendido significativamente en nuestro país desde 1985; lo cual no quiere decir que ahora no haya una tendencia a la sobreprotección de los más pequeños.
En cualquier caso, lo que es seguro es que los padres de antes vivían pendientes de otros asuntos y hoy vas a recordar por qué. Aquí tienes 15 cosas que hacían los padres de los años 80 y que hoy son prácticamente ilegales (cuando no del todo).
Sin cinturón de seguridad, en el maletero, con toda la cabina llena de bultos sueltos o sobre sus rodillas mientras conducían. Nos parecía tan normal, pero en caso de accidente todos sabemos lo que solía pasar. Y si tu coche tenía cinturones, quizá no era el sistema más recomendable para salvar a un niño.
A nosotros nos parecía la mar de divertido sentir el viento y la velocidad, pero ¿en qué estaban pensando nuestros padres?
Hemos visto cientos de casos de muertes o severas lesiones por dejar a niños (o mascotas) encerrados en el coche. Por alguna razón, lo padres de antes se quedaban tan tranquilos y no se les ocurría pensar que el calor podía matarnos o que alguien podría secuestrarnos.
Cuando éramos niños nuestros padres llevaban a cabo un ejercicio de confianza que hoy nos parece impensable. ¿Dejarías salir a tus niños sin saber a dónde van y sin tener forma de localizarlos? Antes no quedaba otra. Qué gran papel jugaban las cabinas de teléfono…
Y nos llevaban a sitios llenos de humo. Las leyes antitabaco son uno de los grandes logros en los países más avanzados y la concienciación que ha generado en los padres no tiene precio. Antes nos pasábamos la vida ahumados como salmones.
El casco y la seguridad vial en general no tenían mucha relevancia en nuestras vidas. Hoy es obligatorio en la mayoría de ciudades, pero aún se ve a mucha gente sin usarlo.
Muchos de nosotros volvíamos a casa del colegio para encontrarla vacía. Era nuestra responsabilidad calentar la comida y hacer los deberes mientras esperábamos a que nuestros padres volviesen de trabajar. Y si tenías hermanos pequeños te tocaba mantenerlos con vida y sin daños hasta entonces.
¿A quién no le ha tocado hacer uno de estos recados? Hoy sería imposible aunque quisiésemos, está totalmente prohibido vender estos productos a menores de edad.
Les importaba poco ahumarnos con el tabaco y tampoco se preocupaban mucho si le dábamos un traguito a una cerveza. Ver nuestras caras de asco debía ser divertidísimo.
Antes no llamábamos por teléfono ni concertábamos citas. Íbamos a casa de nuestros amigos y no nos preocupaba en absoluto llegar en mal momento.
Pocos niños de nuestra generación han tenido la suerte de pasar su infancia sin llevarse un guantazo. Hoy en día, por suerte, el castigo físico está peor visto.
Ahora está mucho más vigilado y las penas son más duras, pero antes era bastante normal que nuestros padres tomasen unas cervezas y luego condujesen con nosotros en el coche como si nada.
Antes era muy normal ver basura por las calles y en el campo, un ejemplo desastroso para nuestra generación que, por suerte, tomó conciencia gracias a repetidas campañas gubernamentales.
Nos compraban cereales ultrazucarados, bollería industrial y chucherías con bastante asiduidad. Y di la verdad, ¿a cuánta gente conoces que le echa azúcar al zumo de naranja o incluso al Cola Cao? Nos dejaban hacerlo.
La clasificación por edades existía, pero pocos la tomaban en serio. Veíamos gran cantidad de contenido violento y lo cierto es que no hemos salido tan mal, ¿verdad?
Este artículo fue modificado el 21 marzo, 2018 12:15 pm