Internet nos ofrece un inmenso abanico de posibilidades al alcance de nuestra mano. Probablemente, uno de los sectores más beneficiados con la llegada de esta tecnología es el comercial.
Miles de «tiendas» abren sus puertas en la red de redes. Si bien al principio la adquisición de bienes y servicios por este medio se hacía con cierta desconfianza, hoy en día rara es la persona que no ha comprado algo por internet alguna vez en su vida.
La normalización de este mercado ha hecho que mucha gente compre basándose únicamente en la fotografía del producto. Aunque esto pueda parecer lógico y la tendencia a seguir, la experiencia nos recomienda leer la descripción completa del anuncio, para evitar sorpresas como las que os vamos a mostrar a continuación.
«Compré una alfombra en internet para mi habitación y me di cuenta de la importancia de especificar el tamaño del producto que estás vendiendo»
«Bastante seguro de que no son una talla 32 de largo»
«Compré esta taza para mi esposa esperando que cambiase de negro a una escena navideña. Parece que imprimieron la imagen de la fotografía y no la escena navideña. Estoy intentando recuperar el dinero de este horrible y mal anunciado producto»
«¿Cómo puede pedir mi madre unas tumbonas para el jardín y llegarle esto?»
Bien mirado ahora el gato tiene su propia mochila.
Si bien es cierto que a veces ni tan siquiera la descripción nos despeja las dudas que podamos tener, en esos casos, lo mejor es intentar ponerse en contacto con el vendedor para conocer toda la información respecto al producto. Si ni aún así estamos convencidos, lo mejor es desistir de la compra y buscar otra web/vendedor del cual sí nos fiemos.
Fuente: Fishki, Bored Panda, artículo por La Voz del Muro
Este artículo fue modificado el 6 julio, 2019 5:40 pm